07/07/2016
Tan escocés como el whisky y con una proyección tan universal es difícil encontrar otra cosa.
Teníamos en mente pasarnos por una destilería. Que nos decantáramos por la de Glen Moray fue cuestión de presupuesto. Cinco libras por persona, con derecho a degustación de dos copas.
Y una larga explicación de como se elabora el whisky. Con cereales cultivados en Escocia, ya que en otro caso no recibirá la denominación de auténtico whisky escocés.
Un recorrido por todas las salas, finalizando en las bodegas donde se guardan y envejecen las reservas. Un buen lugar para hacer una fiesta de cumpleaños.
El santuario de Glen Moray.
El oro líquido se consolida en barricas de distinto material, lo que le dará un acabado final distinto.
Hay quien se anima a degustar. Como se nota que no conduce.
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