Pantocrátor de la Iglesia de Santiago de Carrión de los Condes. |
29/03/2017
Desde la Plaza Mayor de Carrión de los Condes sorprende la ubicación de la Iglesia de Santiago.
Hasta ese momento todo ha sido amplitud; los extensos campos de cultivo que hemos cruzado mientras nos acercamos por la autovía, o la Plaza Mayor que hoy irradia luminosidad.
La torre de la iglesia sirve como faro para poder localizarla. En una estrecha calle se situa la portada occidental de Santiago de Carrión, una de la joyas más importantes del románico español.
De la iglesia románica de tres naves construida entre los años 1.170 y 1.180, solo queda (después de un incendio ocurrido en el siglo XIX) los ábsides laterales y la portada occidental.
En el centro de la provincia de Palencia, en pleno Camino de Santiago y a la orilla izquierda del río Carrión. Hoy Carrión es una población con algo más de dos mil habitantes, pero en la Edad Media fue capital de condado medieval y los testimonios materiales nos hablan del esplendor de una época pasada: Santa María del Camino, San Zoilo, Santiago.
Poco queda de la Iglesia de Santiago. Lo suficiente como para que desde 1989 a 1992 la iglesia fuera sometida a un cuidadoso proceso de restauración, y pasara a ser declarada monumento histórico-artístico desde el 3 de junio de 1931.
Plaza Mayor de Carrión de los Condes.
Vista de la Iglesia de Santiago desde la Plaza Mayor.
Dos mundos: el divino con un Dios todopoderoso en un plano superior, rodeado por la mandorla (almendra con una clara referencia al sexo femenino) y acompañado de los cuatro evangelistas, mientras que en un plano inferior -separado por una moldura ajedrezada- se representa un mundo humano, mostrando algunos de los oficios de la sociedad que nace, vive y muere con la necesidad de ganarse el pan.
El mundo divino:
Una imagen de Cristo en gran formato, tallado en un único bloque y complementado por las cuatro imágenes del Tetramorfos.
El más soberbio Pantocrator del románico español.
Nunca un Pantocrator ha sido esculpido de manera que manifieste la majestuosidad, serenidad y bondad de un Dios.
La perfección de las formas, los rasgos de la cara, los pies.... hacen un conjunto único con los pliegues de su túnica.
Parece que nos encontramos ante una escultura clásica, mas que ante una obra románica.
El románico alcanza en la iglesia de Santiago la cima en cuanto arte escultórico.
Una portada exquisita de un maestro escultor del que no sabemos nada.
"Dios es el águila que cubre al mundo con sus alas
y mira a los hombres bondadosamente"
Detalle de los pies.
El mundo terrenal, los oficios. Los hombres que viven la aventura del día a día.
Bajo la moldura ajedrezada tres arquivoltas protegidas por un tornalluvias.
Únicamente la central esta esculpida. Veinticuatro dovelas. Las de ambos extremos con figuras de león.
Unas esculturas que son retratos en piedra de los trabajos medievales. Un trabajo pulcro, exquisito, con expresiones de artesanos volcados en los trabajos que les ennoblecen.
En la escultura de Carrión, el trabajo dignifica a las personas. Llama al que observa esta obra de arte a buscar su lugar en la vida.
Un verdadero compendio de los oficios medievales.
Dovela 1.- León sin cabeza.
Dovela 2.- Hombre con barba que cubre la cabeza con un sombrero. No aparecen las manos, lo que dificulta su identificación.
Dovela 3.- Se piensa que podría tratarse de un talabartero, un artesano del cuero.
Doverla 4.- Tal vez un alquimista.
Dovela 5.- Zapatero cortando una pieza de cuero.
Dovela 6.- Acuñador de moneda.
La sociedad mercantil necesita acuñar moneda. Una de las fases del proceso de la elaboración de las monedas. En este caso la estampación.
Dovela 7.- Herrero o fundidor.
Como se coloca junto al acuñador de moneda, podria pensarse en el oficio de fundidor de metales para fabricar monedas.
Dovela 8.- Calderero o fundidor.
Volvemos a pensar que forma parte del grupo de elaboradores de moneda. En este caso fundidor de metales.
Dovela 9.- Juglar.
Dovela 10.- Otro herrero.
En este caso avivando las ascuas.
Dovela 11.- Escriba.
Dovela 12.- Monje.
Dovela 13.- Arpista.
Dovela 14.- Juez mesándose la barba.
Dovela 15.- Zapatero.
Dovela 16.- Cerrajero.
Dovela 17.- Otro herrero.
Dovela 18.- Guerrero.
Dovela 19.- Otro guerrero.
Dovela 20.- Plañidera.
Dovela 21.- Vihuelista.
La vihuela es un instrumento de cuerda, con forma parecida a la de la guitarra y 6 o 7 cuerdas dobles.
Dovela 22.- Danzarina contorsionista.
Dovela 23.- Sastre.
Dovela 24.- De nuevo la figura de un león. En este caso en buen estado.
Capiteles.-
Los capiteles sobre los que se apoyan las arquivoltas, aluden a viejas escenas sobre el bien y el mal, el cielo y el infierno.
En este caso, y según miramos hacia la puerta, el capitel de la derecha simboliza el infierno y el de la izquierda el cielo, en un ciclo de muerte y resurrección o muerte y castigo.
Un muerto es ofrecido al león (Dios).
Al león se le considera el rey de los animales terrestres (junto al águila que lo es de las aves).
Las representaciones de leones rugientes hacen referencia a la resurrección de los muertos al día del juicio final.
Existen representaciones medievales de leones devorando a figuras humanas con ciertos poderes, que intentan plasmar la lucha y la victoria del bien sobre el mal.
En el intradós se muestra como el alma es recogida en presencia del león.
El capitel de la derecha insiste sobre le tema de la muerte, pero en este caso nos muestra el camino que hemos de seguir los pecadores.
En el intradós una pareja de fieras se abalanzan sobre una persona que aparece desnuda.
No puedo resistirme a aumentar la imagen.
Como siempre, la recreación del sufrimiento que se han de sufrir todos los descarriados.
Uno de los animales inca sus puntiagudos dientes sobre la pierna, mientras que el otro busca el cuello.
Desnudos ante el juicio final.
En la cara exterior, una figura con gorro puntiagudo se inclina sobre un sarcófago a la vez que sostiene el cadáver de un niño.
Ese gorro puntiagudo me recordó a uno de los sirvientes con cuerpo de humano y patas de sapo que disfruta atizando el fuego en la escena del infierno que encontramos en el tímpano de la puerta oeste de la Catedral de León, una figura que parece disfrutar martirizando a los pecadores.
Los cinceles románicos no plasmaron en suelo español mayor nivel.
La fachada occidental de la Iglesia de Carrión de los Condes esconde la obra cumbre de la escultura románica.
Otra imagen de la Plaza Mayor.
A orillas del río Carrión |