Mareando la perdiz: marzo 2018

La antecima del Ferreirúa desde la cima.

Las Ubiñas

27/03/2018
De nuevo expectante de las predicciones meteorológicas. Este invierno loco no quiere abandonarnos y persiste en lanzar sobre la cordillera sus bravuconadas en forma de nevadas, que los operarios de las máquinas quitanieves no son capaces a quitar.

Una ventana de buen tiempo para las horas centrales del martes, donde lucirá durante unas horas el sol. No lo dudo, recojo el equipo necesario y parto hacia el puerto Ventana, con la dura de si encontraré en el alto una zona despejada donde poder aparcar el coche.

Bingo! la carretera limpia y en perfecto estado hasta el puerto, y en el alto, espacio donde dejar el coche (no así desde el alto hacia Asturias donde la carretera a primera hora permanecía bloqueada por la nieve).

Encaro la arista hacia el Ferreirúa con decisión, por la arista desde el primer momento, superando el primer peñasco por el centro. Metido en la canal y viendo las impresionantes cornisas que sobresalen, me doy cuenta que no ha sido buena elección, por lo que me muevo a marchas forzadas para quitarme de en medio.

Sobre el peñasco podría ver toda la larga arista hasta la cima del Ferreirúa, pero la niebla cubre la parte superior, así como a las montañas circundantes.

Es pronto para esa ventana de luz que se pronostica a partir de las 11:00, la niebla se aferra a la peña, pero la ascensión no ofrece mayores dificultades que ir superando las rampas y siempre que no abandone la arista. La nieve blanda, pero con una consistencia suficiente como para no agotarse, hace el camino más homogéneo.

Mapa de la zona cedido por el amigo Cienfuegos

Con esas guisas, voy ascendiendo las distintas cumbres con identidad propia: pico del Cuervo, Las Llombas y alguna altura más, siempre por sus alturas y disfrutando de un paisaje que la niebla me va desvelando por momentos. A mi espalda las Ubiñas comienzan a emerger y a la izquierda las apelotonadas cimas de Babia se dejan identificar, mientras que mi camino parece un pastel de merengue, impoluto y apetecible.

Poco más de dos horas y alcanzo la cima. El pronostico se cumple y un sol radiante ciega mis ojos.

Me recreo en la cima y sobre todo durante la bajada, con el entorno que rodea a esta cima. Mañana entra otra borrasca. O es esta noche? No se... de momento hay mucha luz.