Tal vez no sea correcto colocar en este blog el asunto que voy a tratar. Es posible que tuviera mejor cabida en uno de fenómenos extraños y paranormales. Pero el hecho al que voy a referirme ha ocurrido en la montaña y más concretamente en nuestra amada y querida Cordillera Cantábrica. Por tanto creo mi deber informar al mayor número de personas, para que hechos como el acaecido no se repita.
Paso a relatar los hechos; La tarde del miércoles día 10 de junio de 2009 me dispuse a ascender al Pico Fontañan desde Pola de Gordón. El recorrido, carente de ninguna dificultad, se encuentra marcado por señales y postes informativos en todo su desarrollo, por tanto es dificil llegar a perderse.
Pero desde el mismo instante que me interne en las zonas boscosas tuve una sensación extraña. En todo momento tenía la necesidad imperiosa de mirar atrás. Y que nadie piense que soy un principiante en las lindes de caminar solo, ya que la mayor parte de mis salidas las realizo en solitario.
Como decía, había algo en el ambiente que no me dejaba disfrutar de la caminata. Algo que me llevaba a recordar las narraciones de Lovecraff o Poe. Algo que hacía que los pelillos de la espalda se me erizaran.
En el bosque de hayas, próximo a la cima comencé a escuchar unos sonidos. Al principio pensé que podrían ser los corzos con su ronco bramar. Pero ya estamos en primavera avanzada y no debían ser estos animalitos. Aparte, el ruido no provenía de un lugar concreto, de repente se escuchaba por mi derecha y al rato lo percibía por la izquierda.
No voy a hacerme el valiente; he de reconocer que estaba muy mosqueado, más bien acojonado. Pero algo me obligaba a proseguir hacia la cima.
El día amaneció muy nublado.Durante la ascensión pensé que en cualquier momento podría comenzar a llover. Al alcanzar la cima parecía que todas las nubes del mundo se habían apropiado de esta. Apenas había luz a pesar de ser las seis de la tarde y un fuerte viento comenzó a levantarse. Pero el ruido no cesaba y el viento no era capaz de difuminarlo.
Corrí, corrí hacia el búnker que hay en la cima a refugiarme. Arrastrándome y arañándome por la estrecha entrada me introduje en el habitáculo. No sentí dolor cuando mis carnes se rasgaron contra las paredes por la gran excitación que llevaba.
En ese momento me di cuenta que había algo fuera y me había atrapado en este búnker de hormigón.
Tuve miedo, mucho miedo.
Sintiéndome desesperado no se me ocurrió otra cosa que sacar la cámara de fotos. Qué tontería!!! pensar que un objeto tan pequeño pudiera frenar a un poder tan grande como el que presentía.
Pero era lo único que tenia y lo utilicé cuando noté que por uno de los ventanos del búnker algo intentaba entrar.
Y disparé la cámara y el flash ilumino la negrura que se concentraba entre las pares tan estrechas. Algo quedó impreso en la pantalla de mi cámara; LA COSA MÁS HORRIBLE QUE HE VISTO EN MI VIDA.
Y un grito horroroso finalizó toda mi pesadilla haciendo que cesara el viento y un potente sol resplandeciera.
Un grito que sonaba algo así como:
YeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeTiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
El Yeti asomado a los ventanos del Bunker del Fontañan