Unos días por San Pedro del Pinatar y alguna tarde que gastamos buscando camaleones que no aparecieron.
Al final los encontramos junto a la pasarela de acceso a la playa.
Estas son algunas de las fotos del lance.
Unos días por San Pedro del Pinatar y alguna tarde que gastamos buscando camaleones que no aparecieron.
Al final los encontramos junto a la pasarela de acceso a la playa.
Estas son algunas de las fotos del lance.
Sobre la cima del Pico Miradoiro |
19/08/2020
La idea pasaba por hacer un recorrido por el hayedo del valle del Pino, el estrecho valle cercano a Santa Marina de Valdeón por donde descienden las aguas del arroyo Cillorín.
Sin un sendero definido y sabedores que descenderlo siempre es más cómodo que ascenderlo, comenzamos a buscar una alternativa circular que nos permita hacer una ruta que termine bajando por el valle del Pino.
Fácil la propuesta: subir desde Santa Marina hacia la majada del Montó, buscar la norte de la Peña Gulugas, entrar en el circo norte del Gabanceda hasta los Picos de la Silla y de allí, ganar el collado que da entrada al valle del Pino.
Nos sorprende una mañanita fría en Santa Marina, donde aparcamos a las afueras y no llegamos a entrar en el pueblo, ya que nuestro camino toma la carretera que va al camping para al momento desviarnos por el señalizado (PR-PNPE 14 Ruta Montó -Valle de Prada) hacia la majada de Montó.
Por un bosque cerrado, con ventanas a los blancos paredones de picos, vamos tomando altura según avanzamos hacia el valle de Prada, con recuerdos de veces pasadas y en especial de aquel día que ascendiendo con Martín nos topamos en un pequeño claro con un pito negro que con su estridente reclamo llamaba su atención hacia las hembras.
Pasamos por la majada de Brez sin parar deseosos de alcanzar Montó.
Buenas vistas se tienen desde la majada de Montó hacia los macizos occidental y central de Picos, buenas lo son también hacia el Pico Anzo, pero más especial resulta hacia los Picos de la Silla y el Gabanceda, hacia los que avanzamos.
Por un sendero apenas marcado bordeamos la Peña Gulugas, el mogote achaparrado que se eleva sobre Montó y por una traza de continuidad incierta, ganamos altura sobre el circo, hacia la base del Gabanceda.
El sendero, como todo en esta vida tenía su final y como en la mayoría de las veces, este no fue el esperado. Peleando con la vegetación ganamos la arista, que perfectamente nos podría llevar a la cima del Gabanceda, pero hoy no era día de Gabanceda.
El circo del Gabacenda se muestra majestuoso, al igual que los Picos de la Silla al paso por la collada Tomaderas, lugar desde donde su cima se muestra muy asequible (pero hoy tampoco era día de Picos de la Silla).
El Pico Miradorio (quién conoce el Pico Miradoiro????) resulta ser una punta montuna, situada bajo la norte del Pico de la Silla y sobre el valle del Pino (por el que vamos a descender) y sobre todo un portentoso mirador del valle de Valdeón, de sus exuberantes hayedos y de los contrafuertes rocosos de los macizos occidental y central de Picos.
-Súbete a la montaña más fea para ver las más hermosas.
Cuantas veces habremos empleado esta frase y cuantas más la emplearemos. Hoy de nuevo, gracias a la sencillez y simplicidad de una cima tan modesta, volvemos a encontrarnos frente a cimas tan grandiosas.
Hay que seguir, nuestro objetivo esta cerca. El hayedo del valle del Pino resultará un hayedo sin más. Limpio en su interior, nos permitió bajar sin mayor problema (teniendo un track) dentro de lo que es un hayedo cerrado y descendente. Habrá que volver en otoño.