Valle de Tronisco y Peña Fontesquera |
Peña Fontesquera llamó mi atención desde el primer día que entre al Valle de Tronisco, la Peña Fontesquera.
La vista se iba hacia esa bonita arista que finalizaba en una pirámide perfecta.
Ha pasado bastante en la carpeta de pendientes y hoy procedía intentar su ascenso. Recorriendo el hayedo de Tronisco por la ladera norte del Monte de la Canalina, hasta el Valle de Tronisco.
Desde el valle, sorteando las escobas, hacia la arista donde las vistas podrían haber sido mejores si la niebla no hubiera decidido quedarse amarrada a las cimas.
En la niebla una foto rápida y desciendo en busca del mejor camino que me lleve hasta la Laguna de Tronisco (en estas fechas totalmente seca).
Trazo una línea hacia la arista del Pico del Lago y antes de alcanzar la cima la niebla me rodea.
Nueva foto de cima sin vistas y de nuevo la arista (esta vez de bajada) hacia los Pinares de Lillo, que cruzo para salir a la altura del puente de los Hitos y por carretera hasta Cofiñal donde me espera mi coche.
El Susarón.
El hayedo de Tronisco.
Un bosque maravilloso que se extiende por las laderas del Monte de la Canalina.
Aún es pronto para que se incendien sus hojas.
La pista-camino asciende hacia el Collado Fontesquera. No lo sigo, tomo un desvío a la izquierda que desemboca en el valle de Tronisco.
Un valle precioso donde destaca Peña Fontesquera.
Peña Fontesquera.
Vista atrás; las praderas de Tronisco agostadas y al otro lado de la carretera que sube el Puerto de las Señales la peña de San Justo y el Pico Runción.
Hayedo de Tronisco, desparramándose por el Monte la Canalina.
La arista que voy recorriendo.
Un buen punto para volverse y contemplar el valle de Puebla de Lillo, el Susarón y una parte de las aguas del embalse del Porma.
Cima de Peña Fontesquera.
Desciendo por la vertiente este, y entre collados me dirijo hacia la Laguna de Tronisco.
Que en estas fechas está más seca que la mojama.
Sobrepaso el canchal y emprendo subida hacia la arista.
Cima del Pico del Lago.
La niebla no permite vistas.
El descenso por la arista, hacia el Pinar de Lillo.
La niebla permanece en altura y al descenso me permite orientar mis pasos.
En el centro de la foto se ve la Vega Bajera, el punto al que me dirijo.