Por las rampas del Vallines con el Coriscao de fondo
06/02/2011
Un recorrido clásico desde las inmediaciones del puerto de San Glorio; la ascensión al Coriscao.
Pero para darle un toque de sazón, prolongamos a ruta hasta el pico Vallines, que a la postre será el tramo más disfrutón, más alpino, donde marcaremos nuestro recorrido, separándonos de las aglomeraciones de la primera cima.
Para ello, me encuentro con Pepe en el aparcamiento del hostal de Boca de Huergano, y recorremos, ya juntos, el tramo hasta el alto del puerto mientras nos ponemos al día en nuestras vidas.
Del puerto hasta el Mirador del Oso, por la pista que aparenta ser una pista de patinaje, y directos a la cumbre del Coriscao, siguiendo las huellas que otros montañeros han ido marcando por la arista hasta la misma cima.
Lo espectacular de esta son las vistas hacia Picos o hacia la Montaña Palentina, más un día como el de hoy, con un paisaje recién nevado y el cielo tan limpio que Mr. Propper tendría que ir directo a las ofertas de trabajo.
Para ello, me encuentro con Pepe en el aparcamiento del hostal de Boca de Huergano, y recorremos, ya juntos, el tramo hasta el alto del puerto mientras nos ponemos al día en nuestras vidas.
Del puerto hasta el Mirador del Oso, por la pista que aparenta ser una pista de patinaje, y directos a la cumbre del Coriscao, siguiendo las huellas que otros montañeros han ido marcando por la arista hasta la misma cima.
Lo espectacular de esta son las vistas hacia Picos o hacia la Montaña Palentina, más un día como el de hoy, con un paisaje recién nevado y el cielo tan limpio que Mr. Propper tendría que ir directo a las ofertas de trabajo.
Mas nuestras miradas se centran hacia el valle de Luriana y el grupo de montañas que hay al sur de este: El Vallines y el Calar de Juanito.
El descenso es rápido, el franqueo del Calar de Juanito por su base sin problemas, y el ascenso al Vallines lo improvisamos a cada paso. Un recorrido bonito, con unas condiciones de nieve casi perfectas y un ambiente de camaradería como el que saben ofrecer los madrileños que hablan pronunciando las z con alegría.
Una cima nueva, con poco tiempo para su disfrute ya que, es necesario encontrar el camino de vuelta y desandar el largo camino en coche (después de alguna cañita).
El descenso es rápido, el franqueo del Calar de Juanito por su base sin problemas, y el ascenso al Vallines lo improvisamos a cada paso. Un recorrido bonito, con unas condiciones de nieve casi perfectas y un ambiente de camaradería como el que saben ofrecer los madrileños que hablan pronunciando las z con alegría.
Una cima nueva, con poco tiempo para su disfrute ya que, es necesario encontrar el camino de vuelta y desandar el largo camino en coche (después de alguna cañita).
En el inicio de la arista que nos lleva al Coriscao.
Konicoleando.
Hoy Pepe me hace las fotos.
El mogote final.
Con vistas a ambos lados.
Y mucha gente en su cima.
El marcado y profundo valle de Luriana y el macizo del Vallines.
Las montañas de Palencia; desde Peña Prieta al Espiguete.
Hacia Picos.
El Vallines franqueado por el Calar de Juanito.
Buscando nuestro camino
Siguiendo las huellas de algún rebeco.
Y el camino lógico.
Hasta la cima.
CIMA!!!!!
No hay más!!!!
De vuelta.
Pepito y el Calar de Juanito.