14/11/2017
Una ascensión repetida es un llamamiento al recuerdo de aquel día que caminaste por estos lugares.
En este caso, la ascensión al Jario me queda muy distante y más que el paisaje (del que no recordaba absolutamente nada), los recuerdos se me van hacia las personas que formaban el grupo y que ya no se encuentran entre nosotros.
La Cotorra es distinto. Tengo necesidad de recurrir a el blog, para determinar la fecha en que nos acercamos Cruz; Martín y yo hasta este pico: agosto del 2011. Seis años que no parecen una cifra grande, pero cuando miro al Martín de esa fecha y lo comparo con el actual, no encuentro ninguna similitud.
En el plano geográfico, el recuerdo de la ascensión a La Cotoya me sirve para no equivocar el descenso como nos ocurrió la vez anterior.
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Acercarse hasta Soto de Sajambre requiere muchas ganas. Algo más de dos horas desde León hasta que alcanzo el aparcamiento de Soto.
Mañana de sol radiante y baja temperatura que invita a caminar. Cruzo el pueblo de Soto y tomo viejo camino hacia Vegabaño. No tengo prisa y me entretengo en intentar plasmar con la cámara algunos de los colores del otoño, que las últimas lluvias han potenciado.
Oigo el zumbido de un motor. Julian (el guarda del refugio de Vegabaño) vuelve de llevar a los niños al cole, y se ofrece a subirme hasta Vegabaño.
Algunos erramos nuestra profesión; el caso de Julián es no haber sido comentarista de radio (es que no calla!!!!).
Vegabaño despierta con una buena helada. Las hayas han perdido la hoja y la nota de color la ofrecen los robles que aún la conservan.
Mi camino sale tras el refugio. De nuevo en el hayedo, con un sendero marcado y jitado que desemboca en las praderas de Llarella.
Desde este punto la vistas son impresionantes. Peña Beza y Peña Santa que hemos visto veladas por el bosque desde el mismo Soto, se descubren ante nosotros. Y al frente la pala que nos lleva al collado Neón y al Jario.
Algo de viento, pero sin molestar, en la cima. Un panorama brutal hacia las altivas montañas de Picos que lucen la blancura de las primeras nieves. Al sur la cordillera, a contraluz, nos muestra una amalgama de cumbres, que intento ir poniendo nombre.
El descenso es rápido y cómodo por el mismo trayecto que la subida. Paso por el refugio, donde Julián me hace un croquis del lugar donde hay unos grandes tejos en las proximidades de la cima de La Cotorra.
Voy bien de tiempo y puedo disfrutar las praderas de Vegabaño antes de internarme en el bosque, y enfrentarme a las pendientes de La Cotorra, donde recuerdo días pasados junto a aquel pequeño al que le caían sin parar unos gotarrones de sudor por la frente.
Mejores vistas hacia Peña Santa y hacia el Jario.
Los tejos bajo la cima y a escasos metros de una antena de telefonía. Unos ocho ejemplares de buen porte que apenas he fotografiado por la pésima luz que hay a estas horas.
De nuevo al valle y descenso por el camino viejo hacia Soto.
En esta ocasión consigo ver tres, aunque uno no se dejó fotografiar.
Peña Niajo
Cuando he visto esta pequeña cabaña, he comprendido el termino "adosado".
Llarella, un lugar con encanto.
Hacia la cima del Jario.
Detalles: Tiatordos.
Macizo de Mampodre.
Ten y Pileñes
Tejo
Cima de La Cotorra
Funciona???
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