03/03/2015
Siguiendo el rastro de un pájaro, que no apareció, me acerco a Valencia de Don Juan.
Su castillo es visita obligada, pero el frío y el viento reinante me lleva a buscar refugio donde tomar un café. Y buscando un bar comienzo a dar vueltas por el pueblo y termino en los alrededores del polideportivo donde aparco el coche junto al carril bici.
Un café y un nuevo plan: recorrer el carril bici de la vía verde del Esla.
A la semana estoy de nuevo en el mismo bar tomando otro café antes de comenzar el recorrido.
Un pasillo entre las localidades de Valencia de Don Juan y Castrofuerte aprovechando el cajón de un antiguo tren de vía estrecha. Con un total de once kilómetros entre las dos localidades, si recorremos el carril bici que hay por la ciudad. Menor distancia si partimos del antiguo apeadero que hay al inicio de la propia vía verde.
Llanura cerealista por los cuatro costado. Tierras de los Oteros. Remanso de paz donde escucho, durante todo el camino, el trino de los pájaros que con tanto sol han comenzado sus cortejos.
Y recuerdo los paseos por Devon donde la gente (de esta comarca y de aquel country) tiene la costumbre de saludar al caminante o biker que se encuentra de frente. Saludos de ida y de vuelta, ya que llegado a Castrofuerte es necesario recorrer nuevamente el camino.
Valencia de Don Juan.Su castillo es visita obligada, pero el frío y el viento reinante me lleva a buscar refugio donde tomar un café. Y buscando un bar comienzo a dar vueltas por el pueblo y termino en los alrededores del polideportivo donde aparco el coche junto al carril bici.
Un café y un nuevo plan: recorrer el carril bici de la vía verde del Esla.
A la semana estoy de nuevo en el mismo bar tomando otro café antes de comenzar el recorrido.
Un pasillo entre las localidades de Valencia de Don Juan y Castrofuerte aprovechando el cajón de un antiguo tren de vía estrecha. Con un total de once kilómetros entre las dos localidades, si recorremos el carril bici que hay por la ciudad. Menor distancia si partimos del antiguo apeadero que hay al inicio de la propia vía verde.
Llanura cerealista por los cuatro costado. Tierras de los Oteros. Remanso de paz donde escucho, durante todo el camino, el trino de los pájaros que con tanto sol han comenzado sus cortejos.
Y recuerdo los paseos por Devon donde la gente (de esta comarca y de aquel country) tiene la costumbre de saludar al caminante o biker que se encuentra de frente. Saludos de ida y de vuelta, ya que llegado a Castrofuerte es necesario recorrer nuevamente el camino.
Inicio de la Vía Verde una vez fuera del pueblo.
Con buenas medidas de seguridad.
Buena sombra darán estos árboles en el verano.
konicoleando.
Si algo se puede achacar a este carril bici, es la proximidad a la carretera, y el ruido al pasar los coches.
Easy-going.
A la entrada de Castrofuerte. Tierra de Campos.
Castrofuerte.
Río Esla. El que da nombre a la Vía Verde. Con mucha agua en este día, producto del deshielo.
De nuevo en las proximidades de Valencia de Don Juan.
Me encanta el color de las fotografías y esa carretera con los plátanos orientales a ambos lados y esa perspectiva...es total!!!Como dices en verano menudo frescor...Un saludo
ResponderEliminarLa luz de estos días ya primaverales.
EliminarPor el carril tienen dispuestos muchos bancos para poder descansar a la sombra en los días de verano.
Saludos Paloma.
el pajaro eres tu...no paras quieto!!!. Me ha gustado la foto del jubilado ese sentado!!!
ResponderEliminarJajaja. No es un jubilado, es un caminante relajado y satisfecho.
EliminarSaludos José Luis.