07/03/2015
Era obligado (y deseado) acercarnos hasta el Centro Niemeyer una vez avistada la polar.
Es increíble que un conjunto tan vanguardista se sitúe en este lugar y no lo haga en una gran capital.
Sin tener conocimientos de arte, nada más aproximarnos, nos quedamos con la boca abierta.
Aunque antes lo hemos visto en fotos o en la tele, en directo y con un día como este resulta espectacular.
No es necesario buscar interpretaciones (no se si las tiene), solo pasear entre los edificios.
Si algo nos sorprende, es el escaso número de visitantes. Tal vez por no encontrarse en una capital.
Bien podía traer a este grupito.
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