Gallocanta: Tierra

28/02/2015
Cuando el día despierta, la tierra bulle con el trompeteo de las grullas.

Entre las comarcas de Campo de Daroca y Jiloca, o lo que es lo mismo, entre Zaragoza y Teruel.

Con una altura media de 1000 metros sobre el nivel del mar, Gallocanta se encuentra rodeada de campos de cereal y más en la lejanía, por pequeñas montañas.

Las grullas están inquietas. Con la primera luz del día, abandonan la laguna que les brindó seguridad durante la noche, y se desplazan a las tierras contiguas. En grandes grupos, se observan unas a otras, esperando el estímulo que lance a la primera a elevarse en el cielo y marchar hacia el norte.

Una tierra dura por su clima: frío en invierno, calor sofocante en verano. Pero las sierras circundantes, los campos de cultivo y la laguna, hacen que el conjunto resulte atractivo.

Una pista permite realizar un recorrido circular a la laguna.

Mientras la recorremos, nos topamos con los grandes bandos de cientos o miles de grullas. Cuando avance el día y la subida de temperatura produzca las térmicas que les ayuden a elevarse lo necesario para superar los cerros que bordean la laguna por el norte, migrarán.

La expectación es continua, y una palabra común sale en todo momento de nuestras bocas: MIRA!!!! MIRA!!!!!

 

En el Centro de Interpretación, al sur de la laguna, konico consigue acercarse a una grulla, que decidió pasar una larga temporada en este recinto.