Mareando la perdiz: Valdosín

Los valles de Riosol y Valdosín desde la arista del Cotalbo.

7/07/2018
Las tormentas que nos vienen afectando en los últimos días (y que parece van a seguir con nosotros) han dejado la montaña casi impracticable, con praderas donde las hiervas superan la altura de nuestras caderas y donde las vacas van a tener un trabajo ímprobo para comerlo todo.

Como uno de esos primeros días de primavera, Cruz y yo nos encaminamos hacia el valle de Valdosín, con intención de recorrerlo en su totalidad hasta alcanzar sus fuentes y de paso encumbrarnos en la cima del Cotalbo.

Para ello hemos dejado nuestro coche en la zona habilitada como aparcamiento a la entrada del Camino del Ventaniella y hacia el valle de Valdosín.

Volver a caminar por los lugares conocidos es agradable, te trae recuerdos de aquellos días que caminaste hacia las fuentes del Esla con un afán de descubrimiento y te permite marchar sin complicaciones de si erraras el camino o aparecerás en "casadios".

Peña Castiello, la haya de Valcosin, el valle, el establo y desde allí continuamos la pista que cruza el naciente Esla hacia el oeste, remontando el estrecho valle por el que cae el arroyo Valcosín, hacia la sierra de los Llobiles.

En nuestro avance, cruzamos un espléndido hayedo antes de salir a las praderías de altura que darán paso a los collados que nos permiten un cambio de valles.

Mapa del Recorrido

Tomamos el de la izquierda, que nos sirve de lanzadera hacia la cima del pico Cotalbo. Al frente y perdiendo altura el Llobiles sirve de divisoria de los valles de Valcosín (por el que subimos) y el de la Salgerosa por donde corren las aguas del río Ponga.

Cima del Cotalbo un excelente mirador. Hacia el macizo del Mampodre, hacia Ten y Pileñes y entre estas cumbres los valles de Riosol y Valcosín, seccionados por la loma que desciende de la cima del Cotalbo.

Un breve descanso, el cielo se está cerrando de abigarradas nubes que presagian tormenta, y nos lanzamos ladera abajo, hacia el puerto de Tarna, nacimiento de otro río con renombre (el Nalón) donde nuestra plegabike nos espera para cerrar el círculo.