3/07/2018
El clásico del verano: la ascensión a peña Armada.
Esta vez con un embalse a tope de agua. Con un nivel que supera el 90% y hace que el agua se encuentre casi a nivel de la carretera en el embarcadero de Lodares.
Pero con este verano que se resiste a arrancar, desembarco bajo un manto de nubes que lo cubre todo, esperando se disipe pronto.
El agua conserva la quietud de las primeras horas, el paleo fluido y suave permite que disfrute del paseo, hasta el estrecho que forman peña Armada y peña Utrero, teniendo en todo momento la sensación de que floto sobre las aguas.Atraco el kayak, cojo la mochila y parto hacia la cumbre. Por la arista y evitando las zonas más densas de vegetación. Y veo como del sur, superando el muro del embalse, la niebla se aproxima hacia donde me encuentro.
Y el día se vuelve gris. Sin vistas.
Un clásico del verano con tintes invernales.
Hoy la cima no es un lugar apacible, no tengo vistas hacia el Peñaruelo, ni hacia su tejo, no puedo contemplar la arista del Susarón, ni la extensión de las aguas del Porma. Hoy no es el día más apropiado para el clásico del verano.
Rebecos en la niebla
Antes de alcanzarla pude oír sus reclamos.
Al llegar, un par de ellas salieron volando, pero otras aún compartieron un rato conmigo.
Pa casa, que aún llego a comer.
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