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| En la cima de La Cotorra |
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| Vegabaño |
18/04/2021
Nos sorprende cuando paramos en Oseja a tomar un café y todas las mesas están libres.
Oseja aparece como un pueblo fantasma, al igual que el aparcamiento de Soto de Sajambre donde no encontramos ningún coche aparcado.
Sin montañeros, sin excursionistas y sin visitantes por los alrededores del refugio de Vegabaño.
El Mundo se desintegra por efecto de un puto virus.
Nos levantamos con ganas, cogemos los bártulos y después de casi dos horas de coche nos plantamos en el aparcamiento de Soto.
Un recorrido conocido, pero distinto al pasear por unos hayedos que aún no han brotado hojas y nos ofrecen unas vistas nuevas, distintas.
Bajo una resplandeciente Peña Beza vamos ganando altura hasta meternos en el Puerto de Barcinera, desde donde se nos muestran un adelanto de las vistas que tendremos en la cina de La Cotorra.
El hayedo comienza a despertarse de su letargo invernal. El suelo plagado de flores y plantas que recogen los rayos que se cuelan entre las ramas desnudas y que permiten que veamos las praderías de Vegabaño mientras ascendemos a la cima.
Descenso rápido hacia las praderas de Vegabaño, donde las esquilas de las vacas son el único sonido que se trasmite por el valle hacia los blancos paredones calizos.
De nuevo en el hayedo, por el viejo camino hacia un Soto que volvemos a cruzar sin tropezarnos con nadie.
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