26/02/2019
Dice Toño que el Alto de la Cañada está en medio de ninguna parte. Verdad es que para acceder a su cima desde cualquiera de los valles que lo rodean has de darte una buena caminata. Pero esa distancia será lo que marque la diferencia en el momento que tomemos altura y comencemos a ver desde sus cimas largos y excelsos parajes.
Estamos en Babia, la comarca bendecida por un paisaje de ensueño, y en esta ocasión pretendemos incarle el diente siguiendo el arroyo del valle de las Vegas desde Riolago, la población que albergó el Palacio de los Quiñones y que hoy se ha habilitado como la Casa del Parque Natural de Babia y Luna.
Con una temperatura muy agradable comenzamos la caminata por el citado valle. Sin prisas, con paso relajado sabiendo que hoy daremos muchos. Un cartel informativo a la salida del pueblo y una serie de balizas nos encaminan hacia el lago Chao, desviándonos del camino principal hacia nuestra izquierda para ir a buscar la cuenca donde se asienta la laguna tras un monte que nos cierra las vistas de las montañas que pretendemos subir.
La nieve en un estado lamentable penaliza nuestro caminar, nos agota y hace que lanzamos exabruptos a cada paso. Ya en el pequeño circo donde se asienta la laguna y cuando comenzamos propiamente la ascensión la nieve adquiere una consistencia homogénea, que no dura.
El valle va quedando abajo y las lejanas montañas de Babia comienzan a perfilarse con sus características formas cuando alcanzamos el collado entre la Peña Solana y la Peña Bermejos. Un fuerte y frío viento nos sorprende y nos obliga a doblarnos para evitar la caída.
Con esas guisas alcanzamos la cima de Peña Bermejos que sobrepasamos sin pena ni gloria, para encaminarnos hacia el Pico la Ferrera que si ostenta un hito de piedras en su cúspide. El valle de Valverde, otro de los grandes valles leoneses, delimita en esa cima que para nosotros es la continuación hacia el Alto de la Cañada, la de mayor altura en la zona y nuestro principal objetivo de este día.
Alto de la Cañada, también llamada Fontarente.
Ya sabes: "Fontarente y Rabinalto
andan juntos cabalgando.
Fontarente en una mula,
Rabinalto en un caballo"
Un último esfuerzo y nos aupamos en el Rabinalto, la cima gemela del Alto de la Cañada y el punto donde nuestra ruta comienza el descenso, hacia el valle de San Bartolo, para finalizado este, unirnos con el de las Vegas y gastando más suelas, cerrar círculo en el desvío que tomamos esta mañana.
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Riolago
A nuestras espaldas las Ubiñas despiertan de otra larga noche de invierno.
Abandonamos el valle principal siguiendo el camino hacia el lago de Chao y ante nuestros ojos aparece el Rabinalto. No volveremos a ver esta imagen tan agresiva hasta que que descendamos del Rabinalto.
Tras esa peña de la izquierda se oculta la cuenca donde se asienta la laguna de Chao y la laguna del Lago.
Nos sorprende el ruido de agua y al asomarnos descubrimos esta cascada.
Vista atrás.
Nieve en pésimo estado y mucha escoba que deja grandes huecos donde nos hundimos hasta las trancas.
Superada la montaña que nos cerraba vistas, aparece la cuerda por la que caminaremos.
En el centro de la imagen el Pico la Ferrera y algo más a la derecha el Rabinalto.
Laguna de Chao.
Hemos alcanzado la arista. A la espalda de Toño la Peña Solana y a la derecha la cuenca del valle de Valverde.
Cima del Pico de la Ferrera.
"No quiero motines a bordo de este barco y a quien lo intente, le haré saltar por la borda"
Cima del Alto de la Cañada.
El Rabinalto desde la arista es una loma muy suave.
Cima del Rabinalto.
Descendiendo.
Praderías de La Braña.
Rabinalto.
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