Desde la cima del Pico de la Hoya |
Los amigos Amparo y Manuel se acercan hasta Solle para compartir una ruta.
Solle es el punto de partida hacia el bosque de las Biescas, el mayor bosque de avellanos de la Cordillera. Pero nuestros pasos no se encaminan hacia ese punto.
Partimos de Solle hacia el Puerto de Linares, la collada que separa el estrecho valle del arroyo Llosa, donde se asienta Solle, y entramos en el valle por el que circulan (estos días de galopante sequía no) las aguas del arroyo Remolina. Un valle amplio en cuya cabecera encontramos una gran construcción ganadera y al que nos prometemos volver algún día de primavera para verlo con sus mejores galas.
Una pequeña elevación nos cierra paso y visión de nuestro principal objetivo: Pico de la Hoya.
El Pico de la Hoya es de esas montañas de las que apenas encontramos referencias. Pero a pesar de tener una altitud discreta, su posición la coloca en un excelente mirador a las montañas y valles vecinos.
Los valles de Lois y Salamón a sus pies. Las escarpadas y altivas cimas de las Pintas, Llerenes, los Jaidos, las montañas de Ocejo (Cerroso, Rionda, los Moros). El valle de Reyero, al que más tarde accederemos o las montañas del Porma (Susasón, Peña Armada, Peñaforcada) que hemos tenido a nuestras espaldas durante el ascenso.
En su cima nos empapamos de luz y sol. Saboreamos el buen tiempo que este eterno verano ha robado al otoño, al tiempo que nos hacemos unas risas con nuestros amigos.
El descenso más rápido camina junto al arroyo Valderriero, pero mi insistencia lleva al grupo a alargar el recorrido buscando el paso hacia el valle por donde circula el arroyo Remolina.
Tercer tiempo. Imprescindible en una de las terrazas de Puebla de Lillo, para relajar las gargantas afectadas por horas de cháchara y para despedirnos de Amparo y Manuel.
Solle.
Cruz, Amparo y Manuel.
Hacia la Puert de Linares. Por una cómoda pista que gana altura gradualmente.
A nuestras espaldas el inconfundible Susarón.
El valle que hemos remontado. En la ladera izquierda de observa el bosque de Las Biescas -el bosque de avellanos-
Puerto de Linares, donde hay un refugio.
Refugio en el Puerto de Linares. Solo hace falta llevar la tele, el sofá ya esta.
Cambiamos de valle. Peña la Hoya es la montaña que se ve tras el primer frente rocoso.
Un valle amplio.
Superada la sierra que teníamos al frente, nos topamos con Peña la Hoya, aunque antes tendremos que descender a la collada de Reyero.
Cima del Pico de la Hoya.
In the summit.
Súbete a la montaña mas fea para ver la mas hermosa. El Pico de la Hoya no es una montaña fea, pero desde su cima podemos disfrutar de unas vistas alucinantes sobre las montañas que rodean al embalse de Riaño.
O las del grupo de cimas de Ocejo de la Peña, aunque en este momento aparezcan a contraluz.
Y qué me dices de las del embalse del Porma?
CIMA
Estamos descendiendo hacia el valle de Reyero. El paso entre rocas da entrada hacia el valle por el que hemos caminado esta mañana.
Un camino por un paraje que este largo verano ha dejado reseco.
Por fin damos vistas al valle.
Por un robledal.
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