Cruz junto a uno de los tejos en el hayedo de Acebedo. |
7/10/2017
Gertrude Stein afirmó que: cualquier cosa que uno recuerde es una repetición, pero existir como ser humano, es decir, vivir, oír y escuchar nunca es una repetición.
Volvemos al hayedo de Acevedo. Al hayedo colgante que se desprende desde las alturas del Pico Cevedo por la canal del Queso a encontrar la luz en el valle de la Trapa.
Para ello nos acercamos hasta el bonito pueblo de Argovejo y caminamos por el valle de la Trapa, hasta la base de Peña Blanca. Las escombreras de una vieja explotación minera, son el punto donde el camino se orienta al sur, bordeando la Peña de los Avellanales en busca de un pequeño collado.
Las alturas del Pico Cerroso están próximas y el hayedo de Acevedo a nuestros pies.
Solo hay que vencer la barrera final del árboles y sumergirnos en el estrecho y largo bosque que corre por la canal del Queso.
Un indefinido sendero, hitos esporádicos nos marcan el paso por este bosque que apenas deja pasar la luz y vuelve todo el espacio de un color pardo.
La hojarasca reseca cruje a nuestro paso y nos retrotrae a pensamientos demasiado personales como para exponernos en un blog.
Una oscuridad entre los árboles nos delata la presencia de un buen ejemplar de tejo. Más abajo encontramos otro.
El rumor del agua nos indica que el final del bosque está próximo.
De nuevo en el valle de Trapa camino de Argovejo.
Gertrude Stein afirmó que: cualquier cosa que uno recuerde es una repetición, pero existir como ser humano, es decir, vivir, oír y escuchar nunca es una repetición.
Volvemos al hayedo de Acevedo. Al hayedo colgante que se desprende desde las alturas del Pico Cevedo por la canal del Queso a encontrar la luz en el valle de la Trapa.
Para ello nos acercamos hasta el bonito pueblo de Argovejo y caminamos por el valle de la Trapa, hasta la base de Peña Blanca. Las escombreras de una vieja explotación minera, son el punto donde el camino se orienta al sur, bordeando la Peña de los Avellanales en busca de un pequeño collado.
Las alturas del Pico Cerroso están próximas y el hayedo de Acevedo a nuestros pies.
Solo hay que vencer la barrera final del árboles y sumergirnos en el estrecho y largo bosque que corre por la canal del Queso.
Un indefinido sendero, hitos esporádicos nos marcan el paso por este bosque que apenas deja pasar la luz y vuelve todo el espacio de un color pardo.
La hojarasca reseca cruje a nuestro paso y nos retrotrae a pensamientos demasiado personales como para exponernos en un blog.
Una oscuridad entre los árboles nos delata la presencia de un buen ejemplar de tejo. Más abajo encontramos otro.
El rumor del agua nos indica que el final del bosque está próximo.
De nuevo en el valle de Trapa camino de Argovejo.
Argovejo.
Hacia las inmediaciones de Peña Blanca
A la espalda de Cruz, la ladera sur de Peña Escricia, un bosque de sabinas similar al Sabinar de Crémenes.
Valle de Trapa.
Las Peñas de los Avellanales
Peñas de los Avellanales.
Los Jaidos.
Tejo
Hayedo de Acevedo
Haya.
De vuelta al valle de Trapa
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