Mareando la perdiz: Pienzu

2/08/2017
A punto de alcanzar la cima la niebla empieza a envolverlo todo.

-Nos quedaremos sin vistas???? (le pregunto a un montañero que asciende a la par que nosotros)
-Es posible. La niebla y esta montaña es un todo. Y hay que tener mucho cuidado!!! Casi todas las semanas tienen que venir los de emergencias a sacar a alguien.

Afortunadamente, la niebla igual que entró, se fue difuminando y aunque no nos permitió tener vistas hacia la costa, la cima permaneció despejada.

Y si la gente se pierde y hay que ir a buscarla, no sería conveniente preguntarse el por qué?

Esta clara que la niebla es la principal responsable de que la gente se desoriente. Pero nomejodas!!! en una ruta que tiene en su inicio un cartelón que marca el recorrido, que la primera parte (y la intermedia también) es un sendero perfectamente marcado y que el tramo final (el ataque a la cima) esta lo suficientemente definido para cualquier persona acostumbrada a moverse por la montaña...

Entonces cual es el problema??????

Los puntos intermedios, la señalización mediante balizas y postes es prácticamente inexistente y la que vimos esta por los suelos, siendo muy difícil su observación.

Creo, que los señores regidores del Principado deberían cuidar y mantener aquellos recorridos que publicitan. Invertir en mantenimiento para no tener que gastar en rescates.

No nos lo podíamos creer, nos vamos acercando a Colunga y vemos como la Sierra del Sueve se nos muestra totalmente despejada.

El Alto del Fito es un hervidero de personas que aprovechan que toda la zona se encuentre despejada.

El cartel indicativo nos indica el camino a seguir. A pesar de haber subido esta cima en otras dos ocasiones, todo es nuevo. Las vistas hacia la costa nos sorprenden, al igual que hacia los valles de la ladera sur.

Hasta las cabañas del Bustaco el recorrido se muestra amable, un paseo agradable por campas donde pastan multitud de vacas y caballos.

En el Bustaco la cosa cambia. Una pista asciende al collado Beluenzu sin consideración. El esfuerzo se junta con el calor y la humedad ambiente, haciendo que parezca que estamos en una sauna.

Ya en Beluenzu la niebla nos envuelve. Desde ese punto hemos visto la cima y más que preocuparnos agradecemos que nos refresque la subida.

Coño con la montañita de 1.100!!! Pequeña pero matona!!!! El sofocón del último tramo queda olvidado con las vistas.

Desde la cima no vemos la playa que nos dará cobijo durante la tarde, pero si las vemos durante la bajada, cuando los cielos se muestran impolutos.