En vuelo





Llevamos unos días con fuertes ráfagas de viento. El mar, que tantas veces nos ha sorprendido por su tranquilidad, se encuentra encrespado, con olas que deciden viajar más allá de las playas y escalar los muros del paseo.

Volvemos a Redcliff, los acantilados rojos que tenemos al lado de casa. Los vientos se estrellan contra ellos y desestabilizan a la aves que se atreven a franquearlos.

Por eso, nos colocamos a su vera, cámara en mano, para ver su paso y poder hacerles alguna foto.

Se sienten protegidas al abrigo de los acantilados, pero en un momento deciden remontar el vuelo y cruzar a la zona desprotegida. A sabiendas del impacto que recibirán sobre sus alas.

Porque muchas veces es necesario abrir las alas y echarse a volar.





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