Ascensión al Miro de Valdeprado desde las Brañas de Susañe


 En la cima del Miro (de Valdeprado o de Anllares del Sil)
De transito entre el Miro y el Alto de Bigardón
Lagunas de Fasgueo

3/07/2020
En los amaneceres de nuestra perdida primavera soñaba con volver al Alto Sil, a recorrer sus caminos cuando la naturaleza volviera a renacer y el paisaje se mostrara refulgente.

Hoy, ya bien entrado el verano, hemos madrugado para cubrir la considerable distancia que separa León de  Páramo del Sil, la pequeña población que tan profundos recuerdos nos trae y a la que no llegamos a entrar, ya que en sus inmediaciones tomamos el desvío que nos mete de lleno en el valle de Valdeprado.

Nuestro objetivo: el Miro, la montaña que encumbra el pequeño macizo que separa los valles de Valdeprado y de Anllares.

Un conjunto de cimas que por escasos metros no se mete en el grupo de los dosmiles (el Miro tiene 1985 y la Peña Boquín 1986), pero que tienen la grandiosidad y bravura de esas altas cimas y en cuyas laderas se esconden algunos de los lagos más potentes y desconocidos de la provincia: el Pozo Cheiroso y las lagunas de Fasgueo.


Podríamos haber aparcado en la esplanada junto al cerrado restaurante de Valdeprado y haber subido por el valle del arroyo de la Braña del Monte hacia el Pozo Cheiroso, pero nos atraía pasar por las viejas y olvidadas Brañas de Busmor y encarar la ascensión desde ese pequeño circo, pasando por la laguna Bermecha.


Un recién desbrozado sendero nos ayuda en el primer tramo. Más o menos hasta las praderías donde se asentaron las Brañas del Busmor, que hoy son una ruina total. Desde ese punto, o perdimos el sendero o finalizó allí, abordamos la subida por medio de un canchal, intentando evitar al máximo la vegetación. Ascenso rápido, que provoca que cada vez que volvamos la vista atrás los paisajes se muestren más grandiosos.

Un virus nos robó la primavera y ahora los últimos días de flagrante sol se ha llevado parte de las aguas de la laguna Bermecha que aparece muy deslucida.

El Pozo Cheiroso lo contemplamos desde un plano superior, al lanzarnos en busca de la arista para evitar la poco deseada vegetación de brezos y escobas que nos despellejan las espinillas y alcanzar la cima del Miro, el balcon hacia las montañas de Ancares, del Bierzo, del Alto Sil y de Degaña.

Sin más pretensiones de cimas, lo que resta se torna sencillo y asequible, lo propio para caminar sin prisa, disfrutando de cada rincón y buscando desde las alturas nuevas nuevos proyectos.

Primeramente el tramo entre el Miro y el Alto del Bigardón, un recorrido de altura, por una ancha arista que nos permite disfrutar de los valles que descienden hacia Valdeprado y en la ladera opuesta, de las lejanas cumbres de los Ancares, el portentoso macizo de viejas montañas.

Bajo el collado del Alto del Bigardón la ladera se precipita rápida, como un caballo desbocado, en busca del valle de Cerredo (allá por tierras de Degaña) y sobre una repisa, a medio camino, colgada entre precipicios, las lagunas de Fasgueo.

Algo disminuidas de aguas, aún sirven para refrescar nuestros cuerpos antes del bocata y reponer fuerzas para afrontar la última parte del descenso antes de llegar a la carretera.

Escasos kilómetro y medio para volver al punto donde dejamos nuestro vehículo.



Frente a las Brañas de Susañe, el pequeño circo de Busmori bajo la custodia del Cornón de Busmori.
Praderías en el valle de Valdeprado.
Veranito de León, donde aprieta el calor a medio día con mañanas frías a rabiar.
El sendero ha sido desbrozado recientemente.
Resulta cómodo, pero no agradable caminar ente ramas en punta donde al menor descuido te clavas una. Lo bueno es caminar por senderos abiertos por el paso del hombre o de los animales.
Un bosque mixto, donde predominan los servales y los robles.
A mitad de camino hacia las Brañas de Busmor se hace creciente el ruido de agua, nos acercamos y encontramos la cascada de Aguas Blancas.

En las Brañas de Busmor el sendero desaparece (por lo que vimos desde arriba, continua hacia las brañas, remontando todo el circo hasta el collado intermedio entre el Miro y el Cornón de Busmori) lo que nos obliga a luchar contra la vegetación que lo inunda todo.
A la izquierda Peña Boquín y a la derecha el Cornón de Busmori.
El canchal nos ayuda a sortear la vegertación.
Vista atrás, el valle por el que hemos ascendido con las Brañas de Busmor en el centro.
Con algo más de detalle, los restos de lo que en su día fueron las Brañas de Busmor.

A la izquierda el Cornón de Busmori y abajo en el valle el Cabanón de los Bernardos, donde quedó aparcado nuestro coche. Sobre este, el Pico Bóveda o Cerro de Bustatán.
Con más detalle el casetón y el Pico Boveda.
Entrando en la cuenca de la laguna Bermecha
Muy poca agua para la estar a principio del verano y después de lo que nevó y llovió este invierno.


Cogemos la arista hacia la cima del Miro.
A nuestros pies el valle por el que podríamos haber subido.
Una panorámica con la laguna Bermecha, el Pico Bóveda y la perfilada arista que finaliza en la cima de la Fana de Resilgar.
Vista aérea del Pozo Cheiroso.
Como todas grandes masas de agua, Pozo Cheiroso tiene su leyenda de un monstruo que habita en sus profundidades, por lo que decidimos pasar lo más alejados posible, a sabiendas que dichas fieras son muy susceptibles de enfados con los caminantes que no realizan ofrendas.
Panorámica con el Pozo Cheiroso.
A punto de encumbrar.

Vistas hacia los Ancares.
Virgen de las Nieves.
De nuevo panorámica hacia Ancares.
Hacia el Pozo Cheiroso con la Fana de Resilgar guardándola de los vientos del este.
Cima del Miro.

Peña Boquín la más alta de la zona y la más montañera (hoy no pasaremos por su cima).
Una superpanorámica con la Peña Boquín y el trazado que caminaremos hasta el Alto del Bigardón.

Cornón de Busmori, una imagen muy distinta de la que tuvimos mientras ascendíamos por el valle.
Vista atrás. 
Por el centro del valle corre el camino que asciende desde las Brañas de Susañe.
Ladeando el Cornón de Busmori. 
En este tramo la vegetación de ha apoderado del sendero.

Valles hacia Ancares.
Llegando al collado bajo el Alto del Bigardón.
Lagunas de Fasgueo.
Con más detalle.


Laguna superior, también muy escasa de agua.
Laguna inferior.




Lo que resta hasta el Puerto de Valdeprado.
Mirada atrás, al murallón donde se encuentran las lagunas.
A punto de acceder a la carretera.

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