Peña Verde

15/04/2018
No recuerdo que llamó mi atención para fijarme la en Peña Verde.

A diferencia de su vecino el Ancino, la Verde es una cima discreta, sin apenas referencias en la red, ni en alguna guía que hable del Curueño.

Sin llamados de sirenas, la Verde atesora el encanto de ser un mirador excepcional entre las montañas del Curueño. Su cima, fácilmente asequible (en distancia y desnivel), se sitúa en medio de las Hoces de Valdeteja y frente a la pirámide perfecta del Cueto Ancino, a un salto de gigante sobre las aguas del Curueño.

Bodón, Cueto Cabanas, Sáncenas, Valdorria, la Peña el Pueblo, Peña Forcada.... todas, desde sus cima se descubren en la cercanía todas las cumbres del Curueño.

Pero hoy no era un día para apreciar las excelsas vistas de Peña Verde.

La mañana se hubiera aprovechado mejor en la cama, alargando un último sueño, entre las sabanas calientes y después saboreando un buen desayuno.

He sobrepasado el cruce del que sale la pista que se encamina al collado de Valdenuciello y Oville, donde tenía que haber parado. Por no dar la vuelta, decido aparcar en el primer ensanchamiento que encuentro y retroceder a pie hasta la el camino que próximo al cruce de Oville (y del otro lado de la carretera) asciende al collado de Valdenocillo (esta claro que el puso el nombre a estos collados tenía una fijación).

Nubes bajas entran desde el oeste y por momentos, mientras tengo una visión del Ancino -que hasta ese momento permanecía cubierto- me hacen creer que la cosa mejoraría.

Desde el collado y superada la barrera rocosa que protege las praderas de altura de la Verde, la visión de la cima aparece y desaparece entre las nubes con rapidez.

La cima no me muestra su encanto. El Cueto Ancino permanece totalmente cubierto y solo el Cueto Cabanas y parte del Bodón se deja ver.

El pescado está vendido. Solo resta bajar.

Y lo hago hacia Valdeteja buscando los mejores pasos desde el collado de Valdenocillo y recorriendo el tramo de carretera que me mete en las Hoces de Valdeteja donde me espera mi coche.




La pista que me lleva al collado de Valdenocillo asciende con brusquedad, por un trazado que no subiría un coche normal y a mitad de trayecto me encuentro con esto: un viejo frigorífico y una cocina (no se ve al ser más pequeña y estar detrás).
Se me encrespan los pelos y la vena del cuello parece a punto de estallar.




The tree house brings back memories.


Cueto Ancino
Collado de Valdenocillo










La cima de Peña Verde.










Cueto Ancino. Ahora si se ve.
La Peña el Pueblo.



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