25/04/2017
El día que visitamos la Réserve Ornithologique du Teich, recuerdo entrar en uno de sus observatorios y encontrar a una docena de pajareros (o más) embutidos en las troneras de tal forma que apenas entraba algo de luz por ellas. El motivo, un par de agachadizas comunes que se encontraban alimentándose a dos o tres metros del refugio.
Muy educadamente, espere mi turno, para llegar a primera línea. Y después de dar alguno que otro codazo conseguí alzar mi cámara y hacer alguna fotilla.
Similar a las salidas por nuestro local patch.
Grulleros se resiente de la sequía que estamos viviendo esta primavera. Muchas de sus lagunas están secas, pero las que mantienen una pequeña lámina de agua, sirven como estación de descanso para multitud de aves que vuelan al norte hacia sus zonas de cría.
La luz es buena a primera hora de la mañana. Los caminos están despejados y el hide es nuestro propio coche.
Nos aproximamos a la lámina de agua, paramos el motor y dejamos que la agachadiza se nos aproxime. No hay codazos, nadie nos sopla la oreja.
La Agachadiza común (Gallinago gallinago) es una limícola muy esquiva que cuando se ve sorprendida levanta el vuelo con arrancada brusca, emitiendo un chillido corto y metálico. De coloración parduzca es fácilmente identificable por su largo pico.
Se pasea delante de nosotros sin dejar de picotear entre el lodo en busca de invertebrados con movimientos rápidos.
Mientras se aleja, damos marcha atrás y vamos en busca de otras aves.
Y no hemos tenido que sacar entrada!!!!!
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