En la cima de Peñas Blancas |
6/03/2021
Espacio frontera, a caballo entre el Cueto de Prioro y Peña Lampa, o entre las poblaciones de Caminayo y Besande, la doble cima de Peñas Blancas se yergue destacando por la blancura de sus laderas y por mirar directamente al Espigüete.
Discreta en altura (1772 metros) y más en forma (Peñas Blancas solo es distinguible desde la altura de Peña Lampa o desde la del Cueto de Prioro), hollar su cumbre queda reservada para aquellos "vagabundos de las alturas" que buscan en la soledad de estos parajes olvidados, tiempos pasados, en los que salir al monte era algo extraño y sin sentido si no ibas a buscar leña o a recoger el ganado.
El ascenso más cómodo y cercano sería desde Caminayo, siguiendo viejos y olvidados caminos hacia las antiguas explotaciones mineras, pero nosotros preferimos entrar por su cara este, por donde corre la carretera entre Velilla y Besande.
Parando en el km 16 y remontando por una pista que cruza el hayedo de El Ascar en busca de la collada de Henar, donde proseguimos por la arista (montuna y rocosa) hasta la cima de Peñas Blancas.
Y al poco de entrar en el hayedo, en la ladera soleada y rodeados de sabinas (una de las estrellas botánicas de la zona como hemos podido ver en otra ocasión en el sabinar de Peña Lampa) un rodal de tejos nos sorprende por su número y por el tamaño de muchos de ellos.
El hayedo aún duerme esperando que los rayos de sol se cuelen por la collada de Henar para inducir a un nuevo resurgimiento. En la collada abandonamos la pista para tomar un sendero que apenas se desdibuja entre las escobas hasta alcanzar la arista de roca que se deja subir con alegría al ver su cima.
La Tierras de Valdetuejar, la Montaña de Riaño, Los Picos y Las Palentina, desde nuestro balcón privado y a un paso de gigante del grande del lugar: el Espigüete.
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