10/06/2009 (Recuperada del baúl de los recuerdos)
Intento ver cambios en el paisaje a través de estas fotos antiguas (que gracias a la técnica digital conservan el mismo color que si hubieran sido hechas ayer) y me doy cuenta que salvo algún pequeño matiz, esos paisajes permanecen inmutables, siendo mi enfoque (tanto físico, como sentimental) el único que ha variado con el paso de los años.
Largas tarde de primavera, que aprovechábamos para hacer aquello con lo que tanto disfrutamos.
Junto al Yeti, nos acercamos hasta Pola de Gordón, desde donde afrontamos la subida al Fontañán. A paso ligero y a la carrera en los tramos más descansados, hasta alcanzar la cima, donde nos planteamos seguir hasta la cumbre vecina, cuyo nombre reza en el Iberpix como Miezca y en cuyos alrededores aparece caída una cruz de cima con el nombre de Pico Roberto, que Yeti recuperará para izarla en la cumbre.
Desandamos nuestros pasos, hasta la cima del Fontañán donde deambulamos entre las trincheras y los puestos de tirador, ya sin la esperanza que una ráfaga de viento limpie los cielos y nos permita disfrutar de una bonita puesta de sol.
La cruz y la placa con el nombre de Pico Roberto fue una historia de amistad.
De un grupo de amigos, que quería conservar el recuerdo de su amigo Roberto y decidieron un día poner una cruz con su nombre en aquellas montañas en las que Roberto tanto gustaba caminar.
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