10/03/2020
Nada más entrar en Palacios (viniendo de Villablino) me desvío de la carretera principal y por error comienzo a deambular por sus retorcidas calles hasta que un estrecho puente me pone en la carrera por la que cruzo el Sil camino de Matalavilla.
Mi objetivo para este día es el Pico Valdeiglesia desde Salientes. Pero antes es preciso recorrer el valle de Valseco para llegar a Salientes.
A la salida de Palacios la carretea se sitúa en la margen izquierda del Sil, bordeando montañas, hasta Matalavilla, donde por arte magia (o más bien de necesidad) la cinta de asfalto se estrecha de forma alarmante para lograr pasar entre sus intrincadas casas.
Pasada Matalavilla, la carrera se bifurca y tomo el ramal de la izquierda, que bordea en el embalse de Matalavilla y entra propiamente en el valle de Valseco.
Aún es preciso recorrer 5 kilómetros para llegar a Valseco (en la cola del embalse) y otros 7 más, por una carretera donde solo es posible el paso de un coche y circula por el estrecho y profundo valle del arroyo de Valseco, que se retuerce sin interrupción, como Gollum al pensar en su anillo, hasta llegar a Salientes.
Salientes es final de carretera como no podría ser de otro modo. Encerrado ente montañas que supera los 2000 metros de altura, este pueblo sorprende por la cantidad de viviendas. Hoy, con la mayoría de ellas cerradas, me permite aparcar en el centro sin molestar a nadie.
Resulta complejo dar con la salida hacia el camino de Terrafracio, pero cuando lo encuentro me sorprendo cruzando el arroyo por un puente y entre un estrecho por donde el arroyo Valseco desciende como caballo desbocado (un arroyo que recogerá las aguas de todas estas montañas que rodean a Salientes y que en más tarde se convertirá en un río con un caudal de consideración, que me veré obligado a cruzar al final de la jornada sin ayuna de ningún puente).
El camino de Tierrafracio asciende por el valle de Valdeiglesia hacia el collado del mismo nombre, situado entre las cimas de Peña Carnicera (en los mapas Peña Rebeza) y el Valdeiglesia. Un camino que se mantiene en buen estado en su primer tramo hasta los prados y que más tarde me obligará a luchar contra las escobas y prestar mucha atención para no perderlo.
En el collado de Tierrafracio las sombras desaparecen y la luz lo inunda todo (más en un día como este, despejado y donde las aristas aparecen cubiertas de nieve). El Tambarón, La Penona, El Nevadín, Catoute, me rodean y me lanzan hacia la cima que hoy he venido a subir: el Valdeiglesia, con su particular cresta rocosa y doble cima.
Pero aún será preciso pasar por el Alto de los Grillos y recorrer una pequeña distancia antes de alcanzar la cima.
Con sus 2136 msnm, el Valdeiglesia es la mayor altura del Bierzo, quitándole la supremacía al Catoute, que con sus 2117 lo era hasta hace poco, cuando por una reforma en los límites de la comarca, el municipio de Palacios del Sil pasó a formar parte del Bierzo.
Desde su cima un abanico de cimas con nombres majestuosos como: Tambarón, Catoute, Nevadín, Cornón...... y entre una abertura, en la profundidad, un Salientes reducido y rodeado por montes que parecen querer engullirlo, así como la cima gemela (no en altura, pero si en forma) del Valdeiglesia, el Pico de Braña la Pena, al que me dirijo con rapidez, ya que un fuerte viento desaconseja permanecer en altura.
Braña la Pena es paso hacia la siguiente cima; el Pico Chao, de menor altura (aunque es la cima donde se coloca el canuto del vértice geodésico) y paso obligado hacia el valle de Chao por el que pretendo descender.
Un nuevo periplo aventurero en busca de un sendero inexistente en muchos tramos, que me llevará hacia el fondo del valle pasando por dos lagunas (Laguna el Corral y Lago el Carbón) y por la Braña de Arriba (por la de Abajo no pasé), donde la soledad se ha instalado hace años entre sus ruinas, para finalizar por entre un bosque de acebos que me acerca hasta la orilla de un embravecido arroyo de Valseco y junto a una pequeña (no tan pequeña) cascada que bien nos sacaría un grito de exclamación por su belleza salvaje, pero que en mi caso, será un juramento al no existir un puente.
Pero esa...., esa es otra historia.
Las fotos en Google+
Plaza de Don Claudio en Salientes.
Arquitectura convencional y tradicional.
Desde Salientes las estribaciones del Valdeiglesia.
La pasarela-puente que nos permite salir de Salientes, cruzando el arroyo Valseco.
Encajonado, el arroyo Valseco desciende embravecido.
Camino de Tierrafracio
La pelea con las escobas apenas me deja tiempo para girar la cabeza.
Ermita de San Pelayo.
Collado de Tierrafracio y las cimas de Peña Carnicera, Cerneya y Catoute.
Con aumentos, la agresiva Peña Carnicera (en los mapas Peña Robeza).
El valle por el que ascendí y las cimas del Nevadín y Dos Hermanos (con nieve en sus cumbres) y algo más a la derecha: Tambarón y La Penona.
Otra panorámica hacia el Catoute, con la profunda cuenca glaciar del valle de Salentinos.
Catoute.
La doble cima del Tambarón debe impresionar en invierno, pero en esta primavera incipiente y con este sol adolescente que deshace las cubiertas de nieve, sus cimas ponen sosiego en mi persona.
El Valdeiglesia.
Antes de alcanzar su cima será preciso hacerlo por ...
...el Alto de los Grillos.
En el fondo, achuchado entre montes y montañas: Salientes.
Con zoom.
Desde la cumbre del Valdeiglesias, su cima gemela: Braña la Pena.
Cima del Valdeiglesia.
Las Ubiñas.
Muchas montañas conocidas desde su cima.
Vista atrás, destacando el collado de Tierrafracio.
Detrás, el Pico Chao, cuya cumbre alcanzaré para luego descender por el valle del mismo nombre.
Desde la cima de Braña la Pena
Valle del Chao.
Pico Chao y el embalse de Matalavilla.
Sobre la cima del Pico Chao.
Otro valle impresionante, el de Salentinos.
Embalse de Matalavilla y la central térmica de Anllares del Sil.
El grupo de cimas del Miro de Valdeprado.
El Cornón.
Las tres cimas de la jornada; Pico Chao, Braña la Pena y Pico Valdeiglesia.
Valseco en la cola del embalse de Matalavilla.
Primera laguna por la que pasaré.
Laguna del Corral.
Segunda, Laguna del Carbón.
Sin apenas agua.
En su desaguadero encuentro una pequeña represa de piedras que tal vez en su día cerró el paso de las aguas.
Valle del Chao.
Ya se ven las brañas donde se encuentran las cabanas.
Braña de Arriba.
Solo quedan restos.
La única cabana que aún conserva su estructura.
Intento entrar en ella, pero tres árboles que han salido sobre su puerta lo impiden.
Descendiendo entre un bosque de acebos.
Pierdo el camino y lo vuelvo a recuperar (o es otro?) muchas veces, así, por eso cuando veo la carretera, una sonrrisa ilumina ni rostro, hasta que llego (no sin dificultad) a la orilla del río y me encuentro con el estrépito del agua, la anchura del cauce y el tiro de unas embravecidas aguas del Valseco.
El Valdeiglesias desde Salentinos.
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