Castro de Chano
4/05/2018
En el valle de Fornela (Ancares Leoneses), entre las poblaciones de Chano y Guímara se encuentra el yacimiento arqueológico del castro astur de Chano.
Dudaba cual sería el mejor momento para visitar el castro: a primera hora de la mañana, antes de hacer la ruta, o al final, cuando abandonara el valle, pensando en el mejor momento de luz, ya que al encontrarse en la ladera norte del monte, cualquier momento sería malo.
La suerte se alió de mi parte y mientras cerraba el círculo, después de pasar por las cimas del Turrunteira y el Teso Mular, entro en el valle hacia el cual mira el castro y veo que este se encuentra totalmente iluminado por un resplandeciente sol de media tarde.
Paso rápido ante el centro de interpretación (que parece que solo abre los fines de semana) y afronto con ímpetu las rampas de acceso al castro. Al entrar en el castro comprendo el por qué se asentó en ese lugar: a media ladera, en la cara norte, ejerciendo una posición estratégica sobre las tierras del valle que se abre a sus pies.
Y recorro el sendero que bordea el castro para darme cuenta del pequeño espacio donde se asienta.
Delimitado por tres fosos y con un total de 16 viviendas, los astures se asentaron en este lugar entre el siglo I antes de Cristo y el I después de Cristo.
Bordeo el recinto y vuelvo a la posición inicial, la más adecuada por la luz para ver el conjunto, donde me siento y dejo pasar el tiempo mientras contemplo el casto y todo el valle que se cierra al fondo por las montañas que he recorrido esta mañana.
Pequeñas construcciones y estrechos pasajes entre ellas que apenas permiten el paso de una persona. Un aprovechamiento exhaustivo del espacio, en busca de seguridad ante posibles ataques de otras tribus y una mayor economía constructiva.
La tarde avanza y el sol comienza a decaer. Tengo que moverme ya que aún he de caminar por carretera el trayecto hasta Guímara donde tengo el coche, pero no me resisto a volver a recorrer el camino que bordea el castro y disfrutar de esta pequeña maravilla.
Centro de interpretación del castro del Chano.
Aparte del propio centro de interpretación, se han levantado una reconstrucción de como serían las típicas construcciones de un castro.
Camino de acceso al castro
Esas piedras planas con un orificio en el centro pudieran darnos lugar que están diseñadas para colocar el poste que sujetaría la techumbre. Pero los arqueólogos creen que se trata del alojamiento de un poste, que sujetaría una especie de trípode, para colocar sobre el fuego del “Llar” calderos o potes pesados.
En el talud de la ladera, se construye un murete de piedras tanto para sujetar la tierra como para evitar humedades, creando lo que el Llíonés se llama una “Caleya” que reconduce el agua de la lluvia y la desaloja de las inmediaciones de la cabaña.
La puerta situada sobre el nivel del suelo, con el fin de evitar que el agua pueda colarse en las cabañas desde la calle.
A su vez el piso de la cabaña siempre a un nivel inferior del suelo de la calle.
Detalle del los muros.
Vistas al valle desde el castro.
Vista aérea del castro, desde la cima del Alto de la Camposa
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Vaya cosa mas bonita y espectacular. Muchas gracias por compartir esta marravilla. Un saludo
ResponderEliminarSi que es una maravilla.
EliminarSaludos Sebas.