Braña Caballo

Javi en la cima del Braña Caballo.

 

08/12/2014
El Braña es una montaña redonda. Por cualquiera de sus caras se nos presenta como un monte apacible, sin mayor dificultad que el desnivel que hay que salvar para alcanzar la cima.

Pero a pesar de su sencillez, esta mastodóntica montaña, carga suficiente nieve como para ser un objetivo muy interesante en invierno.

El día no se presentaba nada apetecible. Únicamente una diminuta ventana de buen tiempo durante las horas centrales de la mañana. Para esta aventura cuento con una compañía a prueba de bombas. El Javi, mi amigo que es capaz de soportar marchas entre niebla cerrada, recorridos en bici bajo intensos chubascos, con ráfagas de viento insoportable, o cualquier situación donde las condiciones de tiempo sean nefastas.

Si ocurre una vez, o dos, puede ser casualidad. Si se da de forma repetitiva es necesario estudiar el fenómeno. Y creo que lo del Javi y el mal tiempo,no es mala suerte, sino que él es consustancial con las adversidades metereológicas, lo que vulgarmente se denomina "gafe".

Elegimos la localidad de Piedrafita como inicio de nuestra ruta. Una pista se interna por el Valle de Riosal y remonta hasta la Mayá del Puerto, posiblemente una majada para cuidar el ganado que desafortunadamente hoy solo son ruinas.

Pero en nuestro camino bordeamos un hayedo que perdió sus últimas hojas hace tiempo y ahora muestra una estampa algo tristona. En cambio, los arroyos descienden pletóricos y forman cascadas en lugares donde en otras ocasiones solo hemos visto un delgado filo de agua.

La ventana de buen tiempo no se abrió. El viento tomó fuerza y los copos dejaron paso a la cellisca. En la cima nos sorprende un vendaval. La lluvia horizontal durante el descenso termina por empaparnos hasta los gallumbos.

Convencido: Al Javi le acompaña el mal tiempo y si quieres disfrutar de la lluvia y el viento solo tienes que proponerle salir al monte.

Piedrafita la Mediana.

La pista se interna en el valle con suavidad, permitiendo una ascensión relajada.

Mirando atrás.

Hoy el agua corre con fuerza.

La capa de nieve aumenta con la altura.

Y las nubes que se apoderan del paisaje.
Abrirá???

  

La pista finaliza en la Mayá del Puerto, pero no localizamos sus restos entre la nieve.

El viento arrecia.

 Durante la noche, o el día anterior, el viento ha jugado con el agua y la nieve para formar caprichosas formas.

Un esfuerzo más y nos aupamos.....

en la arista.

Y el viento decide jugar con nosotros.

En la cima, una foto y rápidos "pabajo"

CIMA!!!!!!