Graja.
Algo tan genuino en nuestra tierra y tan común en esta.
Las había visto junto a las grajillas y las cornejas.
Al final de la tarde, en grandes bandos, abandonan Totnes hacia sus dormideros, montando una gran algarabía.
Las reconocemos por la falta de plumas en la base de su pico imponente.
La protagonista de nuestro reportaje tuvo la suerte de encontrar un corazón de manzana, pero nos resulta extraño que lo pudiera encontrar tirado por el suelo. Más bien, pensamos en la fantástica inteligencia de los córvidos que le habrá servido para acceder a alguna de las papeleras de la zona.
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