2/11/2021
Los caminos conocidos son como el viejo sofá en el que amoldas tus curvas sobre sus aplastados cojines formando un tándem perfecto.
Es el momento de lanzarse a los bosques en busca de la magia de sus colores. Los amarillos de los abedules, los ocres y naranjas de las hayas y los aún verdes de los robles conforman un caleidoscopio que se mueve al ritmo del viento.
Sin los agobios de los afamados faedos de Ciñera u Orzonaga, el lomo que se descuelga desde el Pando de Becenes hasta la confluencia de los valles de Becenes y Muñeres, guarda un espeso hayedo en cuyo interior encontramos un grupo de viejos robles que han conseguido sobrevivir al empuje de las hayas.
Pero antes, desde Polvoredo, hemos de adentrarnos por el valle de Becenes -con la Sierra de Pármede a nuestra derecha- hasta el pequeño refugio cercano al Pico Pozua.
En ese punto, nuestro camino toma rumbo hacia el Pando de Becenes, en cuya arista somos engullidos por el hayedo que cubre el lomo por ambas laderas. Y en su interior, por un estrecho sendero casi imperceptible vamos recorriendo un hayedo que nos sorprende con elegantes y esbelto robles.
Salimos del bosque en busca de la pista que baja (o sube) de la Cerra de Muñeres y por la que tranquilamente, disfrutando de los cálidos rayos de sol volvemos a Polvoredo.
El track de la ruta en Wikiloc
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