29/09/2020
Las casas de Muxía se apelotonan en la estrecha península donde se asienta la población.
Deambulamos entre sus estrechas calles buscando un lugar donde poder dejar el coche, hasta que nos damos cuenta que será mejor salir del pueblo, avanzar hasta el campo de futbol y aparcar en la explanada que lo rodea.
No recuerdo la primera vez que vi el mar. Sería en Gijón, en alguna de aquellas veces que mis padres nos llevaban a pasar unos días al mar. Cuando pienso en aquellos días, me viene a la memoria las carreras apresuradas que nos dábamos toda la familia para evitar que se mojaran las toallas y todas nuestras pertenencias cuando una ola atrevida se despegaba del resto, pero no soy capaz de visualizar el momento en el que lo vi por primera vez.
Hoy es diferente, hemos tenido la suerte de haber viajado y bañado nuestros reales en unos cuantos mares, vivido en un par de ciudades que se asomaban al mar, pero recorrer un estrecho sendero serpenteando junto al mar se me antoja como el sumun del senderismo.
Por ello y por el buen sabor de boca que nos dejó "O Camino dos Faros" el año pasado, volvemos para recorrer un pequeño (pequeñísimo) tramo que quedó pendiente. Entre Muxía y Punta da Buitra, el saliente a medio camino entre el cabo Touriñán (el cabo más al oeste de España peninsular) y la Punta da Barca (Muxía).Un recorrido sencillo, balizado por los Trasnos (los pequeños diablillos de color verde que marcan O Camiño dos Faros) que corre a lo largo de la playa de Lourido, de los contrafuertes y cima del monte Cachelmo y se aproxima a la punta da Buitra desde donde acedemos al Monte Buitra.
Gran mirador del cabo Touriñán, de la Punta da Barca y del cabo Vilano que nos muestra su espectacular faro. Y sobre todo, gran mirador del mar!!!!!!!
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