11/07/2017
Nos acercamos hasta la Naveta des Tudons tarde, poco antes de la hora de cierre, cuando el calor afloja y las sombras comienzan a largarse.
Cinco minutos para recorrer la distancia que hay desde el parking hasta el monumento.
Un muro de piedra la rodea y la aísla de las tierras de labor donde se situa, pero no nos cierra el paso. Podemos acercarnos y tocar las inmensas piedras con las que esta construido.
Sus piedras ciclópeas laman nuestra atención. La importancia que habrían de dar al más allá de la muerte, para emplear tanto esfuerzo en levantar estos edificios.
Entre los años 1959 y 1960 se procede a la excavación de la Naveta des Tudons, encontrándose los restos de más de 100 individuos y su ajuar funerario.
Las dataciones situan su construcción en torno a los años 1.400 - 900 antes de Cristo, situándolo como uno de los monumentos más antiguos de Europa.
Un cartel nos informa sobre la prohibición de escalar la Naveta. No lo pensamos hacer, pero si la toqueteamos intentando sentir la fuerza de sus constructores.
Una última foto, una última mirada y dejamos a la Naveta des Tudons sola, esperando la puesta de sol y la salida de las estrellas.
Consta de dos plantas separadas con grandes losas planas.
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