13/11/2008(Recuperada del baúl de los recuerdos)
Los jueves era "el día de braga".
Se llamaba así porque era el día en el que descansaban tradicionalmente las sirvientas del hogar y salían por las tardes a ver si encontraban un marido. Con parecida intención, muchos soldaditos -en aquel tiempo en que se hacía la mili- salían al ruedo vestidos de bonito.
Si había suerte y buen hacer, se juntaban entre ellos, surgían amoríos y algo más.... Y de ello, viene e nombre: "día de la braga".
Conocí la expresión en mis tiempos mozos cuando trabajé de aprendiz de mecánico en los talleres de la Empresa Fernández.
Los jueves había que lavarse las manos con mayor profusión, ponerse la ropa de los domingos y nada más tocar la sirena, salir a toda leche hacia la discoteca.
Poco tiempo trabajé en los talleres y pocas veces acompañé a mis compañeros a la disco "el día de la braga".
Muchos años después, salgo escopeteao del trabajo. Esa tarde no salgo a bailar. Voy a saltar y brincar entre las peñas del Fontún.
La cima esta cubierta por un manto blanco.
Un ascenso rápido, por ruta conocida y siguiendo las huellas en la nieve de otros caminantes. La cima me recibe con una luz asombrosa. Un par de fotos y emprendo el descenso.
La luz cae con rapidez en las tardes de otoño. Desciendo en la oscuridad, buscando en el cielo el resplandor de una luna llena que no tarda en salir y que me acompaña hasta el pueblo.
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