11/01/2015
Emboscado entre unas lindes, nos observa, con ojos de experto cazador.
Intermites movimientos de cabeza le permite mirarnos a la vez que controlar la posible vía de escape a su espalda.
Alguien ve otro campestre a lo lejos con el tele. NO, SON DOS!!!!! TRES!!!! CUATRO!!!!
Una locura, los campos de enfrente aparecen plagados decampestres.
Procedemos a realizar un conteo, dificultado por los movimientos que hacen en todo momento muchos ejemplares. Al final sacamos un número aproximado de cuarenta.
Agotamos la tarde contemplando sus evoluciones. Sus vuelos rápidos, recortados en busca de presas, y los escarceos nos entretienen, mientras el Sol recorre el camino hacia su gruta.
Hay tardes y tardes. Esta nos recuerda aquella tarde de colimbos de hace un año a orillas del mar. Hoy estamos en un mar llano, donde el agua se escurrió hace tiempo.
Con nuestros amigos de Birding en León, José Alberto e Iker. Porque diez ojos ven más que seis.
Todas las fotos de este reportaje son obra de Martín.
Sobre si las campestres las denominamos lechuzas o búhos, queda todo dicho.
Q suerte !!! Son muy bonitos.
ResponderEliminarUna gran suerte encontrar un grupo tan numeroso.
EliminarSaludos Paloma
Entiendo vuestra emoción perfectamente. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarYa, tu los viste en igual número por tu provincia.
EliminarImpresionante verdad?
Saludos Jose.
Pepe, una tarde para recordar. Lo importante lo que dificilmente pueden recoger las fotos: las emociones vividas y la ilusión de nuestros jóvenes pajareros.
ResponderEliminarNo cabe duda que formamos un buena equipo ¡¡¡¡hay que repetir!!!!
Saludos
Por supuesto que hay que repetir.
EliminarLos jóvenes pajareros ya ves que empiezan a volar a su ritmo.
Saludos José Alberto.