En un puesto de observación con peña Redonda detrás.
Salimos en busca de los "bramidos" por los bosque de Vegarada.
Nos apostamos por las faldas de Peña Redonda, que por cierto de redonda no tiene nada.
Hemos descubierto un soberbio macho entre las escobas. Pero no se le veía con ganas de fiesta.
A pesar de las horas que hemos pasado en el monte, no hemos oído apenas nada.
Otra vez será
Inicio del camino, al fondo ya se ve Peña Redonda.
La ladera está cubierta de corros de acebo.
Llegamos a las praderias. En este caso el collado Caniecha o Caniella.
Al fondo recortada por la luz la Portilla del Faro.
Últimos metros antes de alcanzar el collado Palmián.
Y desde este la Peña Redonda y los cantiles de la cara este.
La majada de Palmián, colgada entre las peñas.
Con fuente y piso enlosado.
Konico, "el hombre de negro".
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Camino de la base de Peña Redonda
Buscamos rebecos.
De vuelta a Palmián.
Martín no me mires con esa cara tan seria.
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