22/06/2010
Una montaña esbelta y puntiaguda que llama la atención de inmediato.
Desde el nuevo Riaño es donde ofrece sus mejores vistas.
Hoy pretendo ascenderla desde el inundado valle de Anciles, y para ello parto con el kayak desde la zona recreativa próxima a Horcadas.
Nada más comenzar a remar, una nube de tormenta descarga sobre el embalse y por supuesto, sobre mi. Chaparrón y la atmósfera se torna limpia y tranquila.
Recorro las aguas del embalse y me cuelo por el brazo del antiguo valle de Anciles.
Tránsito a las botas, para remontar las praderías hasta el collado que separa Las Pintas de la peña Llerenes. Los cantiles los bordeo para entrar por su cara norte, en este caso más sencilla, más humana.
Una cima con vistas a nuevas montañas para descubrir y ascender.
Cueto Cabrón.
Después de la tormenta, el agua se tornó como una lámina de plata.
Entrando en el ramal donde se situó el desaparecido Anciles.
Destaca la Llerenes entre las cimas de alrededor.
El embalse como un lago.
Salamón.
En la cima de la Llerenes.
Las vecinas del sur, Las Pintas.
Tirando de zoom, Los Jaidos y el valle de Tejedo y destacando la Rionda.
En la sombra la cima del Yordas y antes la cuerda de peña Cabeza.
Konico.
A la vuelta, de nuevo en el collado que separa Las Pintas de la Llerenes.
El mejor momento del día. Remando tranquilamente por las tranquilas aguas del embalse.
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