Solo y con nieve no es un buen tándem para moverse por el monte.
Añadiendo la niebla, tenemos trio perfecto para buscar un lugar donde tomarse un café (si hubiera a esas horas algún lugar abierto) y darse a continuación la vuelta para casa.
Pero ya aparcado en Remolina, decido caminar un rato por la pista que lleva al collado Levanto.
Pero ya aparcado en Remolina, decido caminar un rato por la pista que lleva al collado Levanto.
Un camino entre montañas que asciende en busca del paso natural del valle de Remolina hacia el valle donde se asiente Ocejo de la Peña y a su derecha (hacia el oeste) el pequeño macizo del Pico Cerroso.
Quizá sea demasiado pretencioso dar la denominación de macizo al Cerroso, siendo estas de altura tan modesta.
Son estas las montañas que descubrí hace unas semanas desde la cima de Peñaverada y algunas de las que hoy pretendo ascender.
Afortunadamente, la niebla se disipa antes de llegar al collado y un cielo límpido descubre el valle y unas montañas con un velo blanco reflejándose sobre un cielo azul intenso que me permite hacer un recorrido hacia la cima del Cerroso pasando por Peña Verde.
Quizá sea demasiado pretencioso dar la denominación de macizo al Cerroso, siendo estas de altura tan modesta.
Son estas las montañas que descubrí hace unas semanas desde la cima de Peñaverada y algunas de las que hoy pretendo ascender.
Afortunadamente, la niebla se disipa antes de llegar al collado y un cielo límpido descubre el valle y unas montañas con un velo blanco reflejándose sobre un cielo azul intenso que me permite hacer un recorrido hacia la cima del Cerroso pasando por Peña Verde.
Paisaje fantasmagórico.
La niebla que parece retirarse.
Inicio de la arista que desde collado Levanto se prolonga hasta Pico Cerroso.
La pirámide de peña Verde.
Los Moros. A lo lejos, al igual que la vi desde Peñaverada, llamando la atención.
Desde peña Verde, al frente peña Blanca y al fondo los Jaidos.
Y el tramo de cuerda que aún he de caminar.
Cima del pico Cerroso.
Los Moros, la Rionda y pico Roscas.
La peña Cebedo, próxima a la cima donde me encuentro.
Al fondo el Espiguete. Toda la arista recorrida.
Para la vuelta opto por descender en busca de los restos de una antigua mina. Desde ella, por pista hasta Remolina.
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