Un zarapito trinador se para junto al observatorio con intención de darse un baño para limpiar las plumas.
El jaleo que metemos en su interior le tiene mosqueado y durante su baño no deja de observar hacia donde estamos. Primero con un ojo y luego con el otro. La falta de visión binocular no le permite saber a que distancia se encuentra el observatorio.
La necesidad de limpiar su plumaje hace que desaparezca el temor o por lo menos que aparezca el atrevimiento por su parte.
Mientras nosotros le ametrallamos con nuestras cámaras.
Esto es más o menos lo que quedó
Completa toilette!!! Fotos guapas. Saludos
ResponderEliminarHola Paloma.
EliminarCreo que las garras quedan un poco descuidadas. jajajaja
Saludos.