Ave pelágica, que pasa la mayor parte de su vida volando o nadando en los océanos, donde sus profundidades marinas ya no tienen placa continental.
Solo se acercan a tierra para anidar en colonias.
Los primero ejemplares los vimos desde Berry Head. Volaban bajo nosotros, muy pegados a los verticales acantilados. Disparaba mi cámara intentando captarlos en vuelo, pero ni mi pulso ni mi "brige", consiguieron atrapar una buena foto. Hasta que un día vi una persona caminando por el fondo del acantilado. Jóspitas!!!! Se puede pasar por debajo!!!
Ese día descubrimos la colonia de fulmar boreal de Berry Head.
Cabeza redonda, sin dimorfismo sexual, aunque las hembras suelen ser de menor tamaño que los machos, y con un característico tubo nasal en el pico, que les permite localizar a sus presas por el olfato.
En los despegues realizan vuelo enérgico, con un batir de alas rápido, alternado con planeos. Sus alas son largas y estrechas, lo que les obliga a mantener grandes velocidades para poder volar.
En tierra las vemos torpes, muy torpes. Para alcanzar el nido en los acantilados, realizan tres o cuatro intentos antes de poder posarse en la repisa. Incluso ya en ella, cualquier movimiento hace que el ave se precipite y sea necesario retomar el vuelo.
Su característico pico y la blancura de sus plumas.
Intromisiones en el nido. El ave ajena es rechazada con fuertes graznidos.
Ante el intruso, gritos. Pero las aves no modifican su postura. La dificultad de estas aves para moverse en tierra queda patente incluso a la hora de defender su espacio.
Berry Head
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