Los últimos fines de semana hemos cogido la costumbre de acercarnos el domingo hasta el estuario del Exe. Tal vez, porque el domingo el aparcamiento es gratis.
Lo que esta claro es que el enclave es de lo más apropiado para disfrutar de un paseo mañanero al sol, y llegar hasta el observatorio o la desembocadura del Exe.
El mar, el estuario y un cielo azul plagado de nubes algodonosas, que durante el transcurso de la mañana se van adosando hasta formar un velo grisáceo que nos obliga en más de una ocasión a retirarnos a la carrera.
Por la barrera de arena que separa el mar del estuario.
El campo de golf y en el centro de la imagen el observatorio.
Tarros blancos.
Correlimos comunes.
La marea está bajando, el estuario se vacía con rapidez pero sin turbulencias.
Las aves aprovechan para alimentarse.
Las aves aprovechan para alimentarse.
Con las barnaclas carinegras.
Cientos de ostreros que recorren el estuario volando en grandes grupos.
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