Bosque del Tejedelo (Requejo de Sanabria - Zamora)

 

7/11/2020

Poco más de cinco kilómetros (y trescientos cincuenta de desnivel) es el esfuerzo que tenemos que hacer para descubrir una de las joyas botánicas que guarda Zamora en la comarca de Sanabria.

Un espacio incluido como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) dentro de la Red Natura 2000, que nos lleva a acercarnos hasta Requejo de Sanabria donde nos desviamos para seguir por la pista (en perfecto estado para recorrerla con el coche) que en tres kilómetros nos deposita en el pequeño aparcamiento a la entrada de la ruta.

Un par de veces habíamos recorrido este espacio, pero nunca lo hemos disfrutado como hoy. Con un cielo plomizo que presagiaba lluvia, con la hoja del roble recién caída y con las de los abedules contrastando con el ocre de las que aún permanecían en el robledal, el bosque del Tejedelo se nos presentaba como un bosque de ensueño, de esos que te obligan a pararte a cada paso para intentar atrapar ese rincón con tu cámara, a la vez que es necesario una exclamación para hacer notar lo que te impresiona, sobre todo  cuando te colocas delante de los grandes tejos.

Milenarios, centenarios, ......No se!!! quién lo sabe!!! Lo único que puedes pensar, cuando te acercas a esos inabarcables troncos y te colocas bajo sus ramas que se retuercen y parecen querer atraparte, es que todo ese poderío tiene que haberse forjado con mucho, mucho tiempo.

Nuestra búsqueda de árboles notables (especialmente tejos) encuentra un lugar especial en el bosque del Tejedero, un recorrido sencillo y corto que te ofrece mucho con tan poco esfuerzo.

La mañana no resulta muy apetecible y todo el bosque es para nosotros. Lo disfrutamos caminado por sus pasarelas, sentándonos en sus peldaños y contemplando sus tamaños y formas, hasta que empezamos a notar que un frío glaciar comienza a apoderarse de nuestros cuerpos, lo que nos obliga a continuar con el sendero.

Nuevas manchas de tejos, algunas de acebos y la continuidad del robledal, hasta que alcanzamos el cruce donde hace poco, nos desviamos hacia el mirador. El resto es camino conocido.



Aparcamiento junto a la entrada del sendero.


Cruzando el arroyo del Tejedelo.
Vista atrás. El progreso ha llevado a un deterioro brutal: cables de alta tensión, autovias, aerogeneradores, desmontes para el trazado del AVE.


Pero entramos en el robledal y el silencio lo inunda todo.

Desvío al mirador.






Vistas desde el mirador.
Donde sobresalen las copas de los tejos.

Pequeños tejos junto al arroyo del Tejedelo.



Entramos en la zona de los grandes tejos.


Un poco (o mejor muy) exagerado lo de la pasarela (que en algún punto exigió el corte de alguna rama de tejo para encajarla.

Konico que pequeño eres.

Impresionantes.

En verano el bosque del Tejedelo conserva el frescor que le da el situarse en una ladera norte y la frondosidad del bosque. En otoño e invierno las ramas de los tejos hacen que la temperatura sea unos dos o tres grados superior. 



De nuevo cruzando las aguas del arroyo Tejedelo.




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