Matavenero

En el camino de Poibueno a San Facundo, con la ecoaldea de Matavenero en lo alto.
Dome multicolor
Matavenero

25/02/2018
Nos vamos al Bierzo, en un intento de mitigar las bajas temperaturas que estamos soportando estos días y de paso acercarnos a Matavenero, lugar del que oímos hablar múltiples veces y que por un motivo u otro hemos ido relegando.

Poco o nada para contar sobre Matavenero. Con lo que se lee por la red, o los vídeos que hay en Youtube, te haces una idea teórica sobre esas gentes que un día decidieron romper con su mundo cotidiano, en busca de una vida alternativa, autosuficiente, ecológica y en armonía con el medio ambiente, compartiéndola con otras personas de iguales ideales.

Entender su filosofía de vida es otro cantar. Se puede estar o no de acuerdo, ya que podría ser factible una vida con esos mismos planteamientos (autosuficiente, ecológica y en comunidad) en San Facundo, pequeña población, final de carretera (no permite el transito de vehículos), pero con la pequeña diferencia que la ocupación tendría que ser pagada, al igual que los impuestos, y que las normas son las generales y no las particulares.

Tenía ganas de recorrer Matavenero, pasear por sus calles, ver sus construcciones y sus gentes, sabiendo que entablar conversación con sus habitantes sería difícil cuando apareces con una cámara de fotos en la mano. 

Lo primero que llama la atención son sus construcciones totalmente atípicas. Tejados con formas arriesgadas, ventanales inmensos y fachadas de madera (en Matavenero hay mucha madera).

Y el agua. El agua que corre por todos los sitios; las fuentes, los arroyos y por los laterales de los senderos.

Caminamos entre sus casas, la biblioteca, la panadería, la escuela. Cruz encuentra un caballito en el suelo que recoge y se lo da a un joven que pasa junto a ella y como hace un ademan de no saber nada, decide dejarlo a un lado. Al momento encuentro otro caballito (esta claro que ese día o el anterior los caballitos recorrieron esas calles, pero al final del juego nadie les metió en su cuadra de cartón) que deposito, a la vista, en un muro.

Llegamos hasta la pequeña explanada donde se encuentra el Dome multicolor, la esplendida cúpula donde se realizan actuaciones. Desde fuera la cúpula aparece abandonada, el recubrimiento de su madera deslucido, los plásticos rotos. Desde el interior la sensación de dejadez es total.

Me viene a la mente el recuerdo de Paco, el habitante de los puertos de  Agüeria, sin más filosofía alternativa que la vida misma, que le llevó a la soledad de las montañas de Ubiña. Su orden y disciplina, en todos los sentidos, le permitía llevar con cierta alegría aquel tipo de vida.

No, creo que no llego a entender ese planteamiento, que más que distanciamiento lo veo distinción.


San Facundo situado a 6 kilómetros de Bembibre es el punto de inicio de nuestra ruta. Preparado para recibir un aluvión de senderistas, no permite el transito de vehículos por el pueblo, por lo que ha habilitado un parking a la entrada del pueblo.

El recorrido San Facundo - Matavenero es un antiguo sendero que une las dos poblaciones y transita paralelo al río Argutorio. 

Salimos de San Facundo hacia el sur, por pista ancha entre un soto de castaños y con el río Argutorio a nuestra izquierda. Un estrecho sendero sale a la izquierda, para ganar altura de manera precipitada y colocarnos sobre el pequeño embalse de donde bebe Bembibre.

A partir de ese punto el camino avanza entre un bosque mixto con predominio del encinar, por el cañón del Argutorio cruzando en varias ocasiones el río por puentes artesanales.

Un cruce de caminos nos permite elegir si queremos ir hacia Matavenero y volver por Poibueno o al contrario. Elegimos ver Matavenero en primer lugar y para ello es preciso remontar hasta la posición donde se asienta el poblado.

Matavenero y Poibueno contaban con 109 habitantes en 1950, pasando a 79 en 1960 y a 0 en 1970. 

Cuando contemplas el entorno donde se asientan estas poblaciones y su aislamiento, se puede comprender como se llegó al abandono, al igual que cuando ves ese aislamiento y esa ladera plenamente orientada al sol, comprendes como en 1989 esas gentes, venidas en su mayoría del extranjero, decidieran asentarse en este lugar.

Por supuesto Matavenero tiene un acceso por carretera y pista desde el oeste. Sería impensable que toda la cantidad de madera y materiales de construcción, así como utensilios domésticos pudieran haber entrado por el camino que nosotros seguimos.

Matavenero no tenía iglesia. La tenía Poibueno, que perteneció a la antigua iglesia de un antiguo monasterio que se asentó en ese recóndito lugar. Junto al río, entre vegetación de ribera, hoy la antigua iglesia son unas ruinas y junto a estas, algo más elevado para recoger los rayos del sol, otro asentamiento alternativo.

Acompañamos al río en su deambular, hasta que es preciso separarnos para solventar el paso del Pozo de las Hoyas. Un par de cárcavas donde el río Argutorio se precipita con velocidad y estruendo.

El sendero busca al río y en algunos puntos lo consigue y en otros vuelve a remontar la ladera para sortear obstáculos. Y con ese "subeybaja" alcanzamos el cruce que nos llevó a Matavenero y del ya solo nos resta seguir descendiendo.

San Facundo, final de carretera e inicio de nuestra ruta a Matavenero - Poibueno.




Por un soto de castaños
De notables proporciones.
El río Argutorio.
Una pequeña represa de donde toman agua para Bembibre.
La estrechez del valle es notable.
Un terreno abrupto
Con un sendero perfecto para caminar
En nuestro camino cruzamos varias veces el río.


Predominio del encinar.
En el alto de la izquierda se asienta la aldea de Matavenero.
En el barranco encontramos otro grupo de castaños.


Vista atrás y a punto de entrar en Matavenero.


Asentado a 1000 metros de altura.




Las viviendas se asientan sobre las antiguas construcciones.
La madera predomina en Matavenero
Formas muy atrevidas.


La panadería (hoy cerrada)





La biblioteca (creo que fue el primer edificio que se rehabilitó y que sirvió como primera escuela)
La biblioteca.
Al mirar sus estantes te puedes dar cuenta del carácter internacional de Matavenero. Es muy difícil dar con un libro en castellano, lo que prueba que la gran mayoría de los habitantes que pasan por este pueblo son extranjeros y lo que es lamentable; que los españoles no leemos (o que somos unos tacaños y no dejamos nuestros libros).


Vivir en armonía con la naturaleza, de forma ecológica y romper con el mundo cotidiano. Pero todo ese material y su trasporte y montaje, ha de costar unos buenos duros?
El retrete.


La nueva escuela.
Ventanales, balcones, todo dispuesto a la luz.
Interior de la escuela. Mira los mosaicos bajo la mesa y la pizarra.




Forzando la resistencia de los materiales.




Perfectamente orientado.


Dome multicolor
Una estructura incleíble. Pero la dejadez parece que puede con ella.




Camino de Poibueno, en descenso.
La llamada "Tierra perdida". Después de ser deshabitados Matavenero y Poibueno, estas tierras se quemaron y fueron llamadas Tierra perdida.


Sierra brava
Río Argutorio.




Restos del monasterio de Poibueno.










Entrando en el estrecho del Argutorio con Matavenero en el alto.
El lugar donde se asienta el Pozo de las Hoyas.
Pozo de las Hoyas.
















De nuevo en las calles de San Facundo


Dando novedades.