Pico Gallo

 

1/11/2020

Recorrido sencillo, corto y cercano a León. La ruta al Pico Gallo en situación normal tiene de todo: un bar donde tomarte un café antes de comenzar la ruta (hoy no es una situación normal), un pueblo con encanto rodeado de montañas, praderías, algún pequeño arroyo, un bosque de pinos (repoblación), un corredor desde donde divisas a vista de pájaro el valle de Gete y su pueblo, un precioso hayedo (Monte Brición) y una buena porción de barro al final del recorrido (cuando estás entrando al pueblo) para que el recuerdo dure hasta el día siguiente cuando limpies las botas.

Lo que no tiene, o por lo menos ya no entra dentro de nuestros planes, es un ascenso a la cima del Pico Gallo (desde que la primera vez leímos que el acceso estaba muy cerrado por la vegetación, ya nunca más nos lo planteamos).

Un recorrido para disfrutar y que te permite pasar la mañana haciendo monte y estar a la hora de comer delante del plato.

La niebla jugó entre las cimas velando sus fisonomías, al igual que inundo el valle de Gete, del que solo en breves momentos disfrutamos de sus vistas. 

Tomar altura para tener vistas requiere tener que hacer el esfuerzo de ascender las rampas anteriores al Pinar. Este resulta atractivo, al ser un paisaje no habitual en la Cordillera y el hayedo es disfrutón a pesar de los resbalones provocados por la fuerte pendiente de la ladera donde se sitúa.

El confinamiento perimetral nos tuvo en casa los primeros días del otoño, pero con todas estas salidas nos vamos resarciendo.




Cármenes


La niebla potencia el ambiente otoñal
Un recorrido sencillo pero que requiere subir un desnivel de más de 300 metros.

Abedules
El pinar muestra mayor color gracias a los abedules.




Con el valle de Gete a nuestra derecha.
Abedulares en el abesedo

Gete.

Hayas


Entrando en el hayedo (Monte Brición)







Mil colores y mil formas.










El Bodón de Cármenes.
Valle de Cármenes



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