Cigüeñas, ya están de vuelta




21/11/2017
Tengo un vago recuerdo del tiempo vivido en Madrid, por lo lejano y por la vida tan lineal que llevaba entre semana. Pero hay unas anécdotas que si recuerdo y suelo contar: los despertares a mitad de la noche. Despertares con tal sensación de falta de sueño, que no me permitía enfocar las manecillas del reloj (y no era la presbicia actual), pero que no impedía que mi afán cumplidor me llevara hasta la ducha, a vestirme y a la cocina a desayunar. Momento en el que la cafeína recién ingerida me ayudaba a vislumbrar en el reloj de la cocina que aún eran las 3:30 de la mañana.

Las cigüeñas no gastan reloj. No lo necesitan. Porque su instinto les dice en que momento han de volver de sus cuarteles de invierno hacia sus lugares de cría.

"Por San Blas la cigüeña verás" Todos sabemos que el dicho ha quedado desfasado. El cambio climático, los vertederos como fuentes de alimentación han originado que las cigüeñas regresen a sus nidos mucho antes.

Hoy, camino de Carmenes nos encontramos el nido de la iglesia de Matueca ocupado. 

No sabemos si la ocupación es reciente, o si lleva varios días o semanas. Lo que si sabemos es que muchos ejemplares de cigüeña ya no cruzan el estrecho en su migración, y paran mucho antes, por Andalucía y Extremadura. 

Si nos paramos a analizar que el día de San Blas es el 3 de febrero, 43 días pasados del solsticio de invierno (20-23 de diciembre), con las buenas temperaturas que estamos disfrutando, el sol estará en el cielo a la misma altura que a fecha de hoy 21 de noviembre (31 antes del solsticio de invierno).

A la cigüeña de Matueca bien le podría haber ocurrido un despertar de esos extraños, como los míos madrileños, y con el recuerdo de una antigua posición del sol arrancar hacia tierras norteñas.

BIENVENIDA.

Matueca de Torío






Pico Gallo


21/11/2017
Cogemos los bártulos y salimos pitando. Los pronósticos vaticinan un cambio drástico en el tiempo y queremos salir a disfrutar de los últimos días de este largo verano.

A pesar del sor resplandeciente, los ocho graditos bajo cero, nos recuerdan que ya casi estamos en invierno. Remontamos la cuenca del Torío: Robledo, Matallana, Vegacervera, superamos las Hoces de Vegacervera y alcanzamos Cármenes, donde aparcamos junto a la iglesia de San Martín.


Mapa del recorrido
La ruta del Pico Gallo la conocimos hace un año, con un día de lluvia y niebla que nos dejó vistas poco más allá de la puntera de nuestras botas. Hoy con visibilidad total, nos percatamos de la variedad de entornos que nos brinda este pequeño recorrido de algo mas de diez kilómetros.

Praderías, un pinar, roqueros, valles profundo, vistas a altas montañas, y un bonito hayedo hacen de este recorrido -perfectamente balizado- un buen plan para pasar una mañana.




Iglesia de San Martín

Calle principal de Cármenes, por la que comenzamos a caminar.
Perfectamente balizada.
El Bodón de Cármenes es el inicio de la cuerda de montañas que con dirección este-oeste une los valles del Torío y Curueño.


Hacia el oeste.








Habituados a los bosques caducifoleos caminar por un pinar es algo sorpresivo.






Lugar de Trasnorios. Al sur del Pico Gallo, dejamos a nuestras espaldas las alturas del Machamedio y del Alto del Salguerón con en valle de Gete entre ambos.


Pico Gallo. Difícil alcanzar su cumbre por la vegetación que cierra el sendero. 


En el alto del hayedo del Monte Brición
Las últimas hojas fueron fueron barridas por el viento.








Cruzando el hayedo.

Reales (Anas platyrhynchos)


El ánade real es el habitante por excelencia de nuestras lagunas, ríos y embalses. En pocos lugares donde encontremos acuáticas, será difícil no toparnos con algunas parejas de reales.

Tanto es así que el ánade real es un pato menospreciado por su abundancia. Haciendo una búsqueda por la red de este ave, únicamente encontré anuncios de venta y referencias del tipo: ....y el típico ánade real.

Pero el ánade real es un pato bello. La coloración de su cabeza, sus movimientos ágiles en el agua o las coquetas plumas negras rizadas que presenta sobre la cola, hacen del real un ave elegante.

En Europa, la mayor parte de los reales se consideran como migrantes parciales, pues solo las poblaciones del norte y del nordeste del continente realizan desplazamientos regulares, mientras que las centroeuropeas y las de la cuenca mediterránea se comportan como sedentarias.

Dentro de las poblaciones migrantes, la formación de parejas se produce en los cuarteles de invierno. Es la hembra la que incita a los machos con una serie de movimientos. Esta creación de parejas en las zonas de invernada es sumamente beneficioso para la especie, ya que al comienzo de la primavera vuelve a ser la hembra la que toma la iniciativa, conduciendo al macho hacia los lugares de nidificación (distinto para los machos en muchos cassos) provocando la mezcla de sangre entre diferentes poblaciones.

Localizo un grupete reales que descansan en las aguas tranquilas de un estanque y juego con las luces de fondo que realzan los colores de su plumaje.

-Son muchas fotos para un mismo pato? 
-No!!! esta bien así.



Cabeza y cuello con plumaje de color verde brillante con irisaciones, y un estrecho collar blanco que lo separa del pecho que es de color castaño.
El espejuelo de una tonalidad azul violácea (de ahí su denominación de azulón y no por el tono azul irisado que a veces vemos en su cabeza), muy patente en vuelo  y patas con coloración anaranjada.


 Pico amarillo con una uña negra en su punta.




 Del latín anas-atis : ánade, pato.
 Del griego platys (πλατύς-εῖα-ύ) : ancho, plano, liso, llano y de rhynchos (ῥύγγος-εος): hocico, morro, (pico). Ánade de pico ancho.



Como la mayoría de las anátidas, esta especie presenta un acusado dimorfismo sexual. Las hembras tienen menor tamaño que el del macho, con plumaje parduzco moteado, resaltando únicamente el espejuelo azulado, similar al del macho.

 En los desplazamientos migratorios su espejuelo azul es la marca que une al grupo.