En la cima del Pico Pardal con el Peñacorada de fondo |
20/02/2021
Poco se necesita para un agradable jornada de monte y la zona de Peñacorada es uno de esos lugares donde podemos hacer una ruta que nos deje un buen sabor de boca.
Algo de historia, salpicado con una gran porción de monte donde las encinas dan paso a los robledales y estos a los hayedos.
Los romanos dejaron sus huellas en esta tierra en forma de caminos, pero antes los Vanidienses, una de las tribus cántabras que merodearon por estos páramos, buscaron protección y cobijo en los altos de estas montañas. Como en el Pico Pardal, la discreta elevación al norte de Peñacorada que servía como punto estratégico de vigilancia y defensa de sus castros.
Los Vanidienses serían sometidos por romanos en su afán de dominación del mundo, pero entre guerra y guerra crearon una red de calzadas para unir los tierras conquistadas con la capital (y poder mover riquezas y mercancías por el Imperio) y entre esa amplia red, un ramal al norte del Peñacorada que servía para unir la cuenca del río Esla con el del Cea, pasando a los pies del Pico Pardal.
Tiempo después, el Pico Padal será nuevamente utilizado en la Edad Media como baluarte defensivo de los castellanos ante las invasiones provenientes de las cuencas del Esla y del Cea.Hoy, algunos tramos de la calzada y un aljibe en la cima del Pico Pardal, es lo único que queda de aquellos gloriosos días, que dan cuenta de la importancia del lugar, a la vez que una naturaleza exultante, por variedad y cantidad, que permite sacar nuestros instinto más montaraces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario