En la cima de la Torre del Hoyo Oscuro |
30/06/2021
Aún era mórbidamente temprano cuando me reúno con Carlos.
Volvemos a Picos, a entrar en ese mundo remoto, caótico y en gran parte desconocido, a caminar por sus crestas y hollar alguna de sus cimas en un intento de desvelar sus misterios.
Fijando un horizonte, un punto al que llegar, sabiendo que cuando se llega a ese horizonte deseado, vemos que hay otros más allá, siempre tan lejanos e inmateriales como el tiempo.
Dejamos el coche en el aparcamiento de Valcavao y seguimos hasta el Caben de Remoña desde donde afrontamos la subida por el Sedo de Pedabejo.
Una mañana radiante que nos permite disfrutar de la grandiosidad de la Vega de Liordes y de la gran muralla de las cimas que se aglutinan alrededor de la Torre del Llambrión.
Volamos sobre la Liordes hacia la Colladina de las nieves, donde los rebecos pacen con tranquilidad, para desde allí entrar en la oquedad del Hoyo Oscuro.
Solo ocupado de caminar, de observar el entorno y de atesorar sensaciones y formas nuevas. Minutos necesarios para atesorar recuerdos.
Salimos del hoyo y por una canal nos encaminamos hacia la cumbre del Pico de San Carlos.
Buenas vistas hacia el cordal de Horcados - Peña Olvidada y mejores hacia la Torre del Hoyo Oscuro.
Hacia la que ahora caminamos, entre un caos de roca y bajo una cueva que nos indica que nuestro rumbo es correcto.
Un último esfuerzo y no izamos en la arista que nos lleva hasta la cima de la Torre del Hoyo Oscuro.
Más ángulo que la cima anterior y mejor perspectiva del Madejuno, por cuya base pasamos cuando alcanzamos el Tiro Casares.
Hoyos Sengros es otra zona caótica, pero en nuestro caso siempre de bajada, lo que facilita el regreso hacia el Sedo de la Padiorna y más tarde a la Vega de Liordes, a la que descendemos.
La vuelta por la canal de Pedabejo hacia el Caben y el pequeño tramo de pista hasta el aparcamiento de Valcavao.
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