27/04/2019
Primout fue uno de esos pueblos donde sus casas fueron perdiendo habitantes paulatinamente hasta que un día, sin nadie que pisara sus calles y sin perros que ladraran a los caminantes, el silencio se apoderó del lugar hasta convertirlo en un pueblo fantasma, un pueblo abandonado.
A Primout volverían las voces en forma de gritos cuando los dueños de las casas abandonadas, o los herederos de estas, defendieron sus derechos de propiedad ante el grupo de ocupas (similar a los de Matavenero) que intentaron establecerse en la zona. Un desalojo que terminaría en los tribunales que dieron la razón a los antiguos propietarios.
Hoy Primout continua siendo un pueblo abandonado, donde sus viviendas arregladas (muy bien arregladas) sirven como segunda vivienda para fines de semana o periodos de verano.
Una pista de casi 10 kilómetros permite el acceso rodado desde Páramo del Sil, facilitando las comodidades que ahora dispone el pueblo.
En nuestro caso Primout es el final de ruta desde Pardamaza y siguiendo el cauce del río Primout. Un río que une las aguas de los arroyos de la Pila y Reiman, provenientes de las laderas de la Peña Nogera, un satélite de la sierra del Catoute.
Para ello nos acercamos hasta Pardamaza por la estrecha carretera que sale de Toreno y en diez kilómetros nos deposita en la entrada.
Final de carretera para un pueblo que se agolpa en la ladera sin apenas terreno para celebrar la verbena en su día grande.
El sendero es soberbio desde el inicio. Por un soto de castaños buscamos el cruce del arroyo Brañas y afrontamos con rapidez el camino que cruza la ladera que se interpone entre Pardamaza y el cauce del rió Primout. Por un robledal, que tiene pendiente la salida de la hoja, alcanzamos la pradera donde tenemos el primer contacto con el río. Un río que las ultimas lluvias y nieves mantiene con fuerza, e intenta desbordar en sus orillas.
Un camino increíble entre vegetación impresionante.
Cuatro kilómetros junto al río, ensordecidos por el bramido de las aguas y cegados por los reflejos de la luz filtrándose entre las ramas desnudas.
Y al final del valle; Primout. Con el río entre su calle principal, con la negrura de la piedra pizarrosa con la que levantan sus muros y con la gran soledad de su aislamiento.
En la parte alta del pueblo han colocado mesas y bancos de piedra a modo de zona de picnic. Es en ese lugar donde hacemos nuestro almuerzo y desde donde podemos ver todo el conjunto que se nos antoja como muy grande. A nuestra espalda arranca una pista que sabemos sube a los altos de Peña Nogueira, la montaña que separa Primout de otro pueblo abandonado: Urdiales de Colinas.
Finalizamos el bocata y finalizamos la visita a Primout, volviendo por nuestros pasos a Parmazana.
Las fotos en Google
A la entrada de Parmazana tememos una plazoleta con un gran castaño en su centro, que sirve para dar la vuelta a los coches. Es allí donde podemos dejar el coche.
El cementerio
La iglesia.
Nuestro camino sale a la izquierda.
Y pasa por un precioso soto de castaños.
Pardamaza.
La ladera y
el robledal que tendremos que pasar para alcanzar
la pradería. Desde ese punto nos
mantendremos en paralelo al río Primout.
Refugio de la pradera de Santa Cruz. Más o menos, mitad de camino.
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