11/06/2021
Me contaba Amador que su abuelo, que era de Vegamian, llamaba a esta montaña Peñamian.
También se que los famosos quesos de Armada se guardaban para su maceración en las cuevas que hay en la base de Peña Armada y que tales cuevas fueron el impedimento para que entre Peña Armada y Peña Utrero se montara la presa del proyectado embalse del Porma.
A pesar de ser una montaña discreta en altura (Peña Armada no alcanza los 1500 metros), Peña Armada se yergue en medio del embalse convirtiéndose en la que creo es la mejor atalaya sobre las aguas del Porma y en especial sobre la increíble cara sur del Susarón.
Echaba de menos el clásico del verano: la ascensión de Peña Armada en plan duatlón.
Para ello aparco en las proximidades del embarcadero de Lodares, con un embalse a tope de agua y con una quietud y negrura en sus aguas que asustan.
Leí hace tiempo que, más placentero que un caminar por un bosque es palear por las tranquilas aguas de un lago.
En León no tenemos lagos con suficiente tamaño como para meter un kayak, pero sus embalses (y tenemos unos cuantos) bien sirven para disfrutar de una mañana de paleo camino de una pequeña ascensión.
Desde Lodares recorro las aguas del embalse en busca de la arista oeste que muere sumergida en las aguas, formando el estrecho entre Peña Armada y Peña Utrero.
Atraco junto a unos paredones infranqueables y entre una vegetación típica mediterránea voy buscando los mejores pasos hacia la arista.
La alcanzo y continuo por ella hasta la cima, disfrutando de las vistas, de pequeñas trepadas y del planeo de los buitres y alimoches que sobrevuelan mi cabeza.De nuevo en esta cima, recordando aquella primera vez que al punto de alcanzar la cima me encontré con un bambi agazapado entre dos peñas, o de la última donde envuelto entre la niebla las perdices que había en la cima se resistían a levantar el vuelo.
Buenos recuerdos en esta discreta cima.
Peña Armada desde la compuerta del embalse
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