Peña Sañonal con el Bodón al fondo |
14/05/2021
Montañas discretas, desconocidas y fuera de los círculos montañeros, las cimas de Peña Sañoral, Peña Cuartera y la Peña del Sumidero son una interesante actividad para una de estas mañanas en las que el pronóstico no aconseje dilatar mucho la actividad si no quieres mojarte.
Peña Sañoral se eleva majestuosa sobre Valdeteja, a pesar de sus discretos 1589 metros.
Nada más abandonar el pueblo, comenzamos la ascensión por su larga arista -de algo más de kilómetro y medio- que nos lleva a sobrevolar el valle, hasta que, de repente, la pendiente cesa y te encuentras un pequeño llano, donde un hito de piedras indica que has llegado a su cima.
El Bodón, la Peña el Pueblo, Peña Verde y un Cueto Ancino que parece querer jugar al escondite, son las cimas que hemos podido ver durante la subida, al igual que el valle de Valdeteja. Ahora, desde esta cumbre, las vistas del valle se prolongan hasta la collada de Valdeteja, que protegida de los vientos del norte por el Cueto Cabañas, se une esta cumbre a la lista de las cimas del Curueño que son visibles desde esta discreta cima.
Una más, Valdorria, que descubro mientras resuelvo por donde voy a bajar, se agrega a la lista.
Descenso rápido y cómodo, hasta un collado donde encontraré un camino que entre escobas (algo de maturranga si me comí) me lleva hasta unos canchales por los que con algo de esfuerzo (y algún juramento) alcanzo la segunda cima.
Peña Cuartera es aún más discreta que la Peña Sañonal.
Un monte del cual no creo que nadie se fijará (ni ascenderá), salvo que este en el camino hacia otra zona.
Y es que Peña Cuartera es el transito del valle y de las montañas ordenadas, a una zona kárstica, donde las cimas se apelotonan sin orden ni concierto.
Abandono Peña Cuartera y caigo en la collada del Buey, la puerta de entrada al mundo de las dolinas, de los poljes y de un sinfín de pequeñas cimas, en la que sobresale la Peña del Sumidero, a la que ahora me dirijo.
Terreno caótico que con buena visibilidad se transita bien. Con rapidez me planto en la cima de la Peña del Sumidero, que da buenas vistas hacia Las Vizarreras y a las cimas de la Peña del Mediodía y del Cueto Calvo.
Las praderas del valle de Sáncenas dan un respiro a mis tobillos antes de volver al mundo kárstico, hacia unas cimas sin nombre, que se rodean de pequeñas praderas encarceladas por la caliza y que vuelven a permitirme vistas sobre el Bodón, Peña el Pueblo, Valdorria y las nuevas cimas del Bucioso y Sáncenas que ahora añadimos a la ya larga lista.Un collado me permite descender al valle de Bucioso, casi comido por las escobas, por el que accedo al camino que me lleva de vuelta a Valdorria.
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