12/04/2021
Días primaverales que invitan a disfrutar del resurgimiento de los valles.
El valle de Lumajo, uno de los cinco valles de Villablino, guarda en su cabecera al Pico Aspía, un excelente mirador del Cornón, de las vecinas montañas babianas y del valle de la Mozarra (el valle de Lumajo).
Atrás quedó la cascada de Lumajo y el pueblo que cruzamos en su totalidad, buscando la soledad del aparcamiento habilitado a la salida del pueblo.
Ante nosotros el valle de la Mozarra se extiende hasta chocar con las empequeñecidas cimas del Pico la Regada, el Pico Aspía y un Cornón vestido con capa blanca.
Y todo, bajo los desplomes del Muxiavén, que tenemos a nuestra izquierda y que iremos contemplando durante la ascensión cuando nos acerquemos a las brañas Viejas de Navariego o al refugio de Alcornón.
Con un continuo ascenso, el Pico la Regada va tomando volumen y se muestra como es, como una gran pirámide de más de 1900 metros de desnivel.
Superada por nuestra izquierda, alcanzamos un collado intermedio entre esta y el Pico Aspía, que sirve de lanzadera hacia su cumbre.
El Aspía se revela como un mirador excepcional hacia el Cornón, que aún conserva tintes invernales y hacia gran parte de la montañas babianas.Descendemos por la vertiente contraria, entre un paisaje lunar, hacia la laguna del Barroso que aún aparece encarcelada por la nieve y el hielo, para seguir en busca de la cabecera del valle de la Mozarra, donde nacen las aguas del arroyo del mismo nombre y acompañar su curso, en el descenso, por un valle donde sus praderías refulgen bajos los rayos de este sol primaveral.Saltando el arroyo en busca de los mejores pasos, vamos recorriendo el valle hasta hasta entroncar con la pista que nos devuelva, de forma más cómoda, hasta el punto de partida.
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