Tejeda de Santiago de las Villas



14/04/2017
Una salida vespertina, aprovechando que las tardes ya son largas y la proximidad de nuestro objetivo.

Un camino bien conocido por nosotros, pero muy poco frecuentado. 

Santiago de las Villas es final de carretera, pero es punto de inicio para recorrer el valle que forma el río Torre. Ese pequeño río que en su momento debió de tener el caudal e ímpetu necesario para cortar sucesivamente las líneas de estratos y formar las puertas cíclopeas que ahora nos encontramos.

Hoy no llegamos al final del valle. Nos paramos ante la tejeda y remontamos en su búsqueda.

La tejeda de Santiago de la Villas es incómoda de recorrer y conocer. Sobre ladera con fuerte inclinación, los tejos han tenido que amarrar sus raíces con fuerza sobre este terreno rocoso.

Entre 15 y 20 ejemplares. Con algunos de ellos de gran porte.

A su alrededor únicamente brezos y escobas. Se podría pensar en lo poco apto del terreno (aunque por la zona hemos visto machas encinas y robles) o en cortas abusivas. Tanto en un caso como en otro la tejeda de Santiago es una superviviente.

La vuelta es cómoda. En descenso y con una temperatura impropia de esta época, que hace que no tengamos prisa en llegar al coche.

El río Torre


Las puertas. De una dimensión para gigantes.
Con las manos en los bolsos
El pequeño río baja con brío. Pero mucha agua ha tenido que pasar para crear semejantes pasos.
La segunda puerta. Más espectacular que la primera.

Con algunos problemillas.

La tejeda.

Algunos ejemplares de gran porte.
En una ladera con bastante pendiente









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